La deflación se trata de un escenario muy peligroso, tanto para la economía nacional como para los intereses de los ciudadanos. Debido a que se produce a un exceso en la oferta que puede generar unas consecuencias no deseadas. Entre ellas, la probabilidad de que se produzca una disminución notable en los precios. Como consecuencia de ello, la posibilidad de que emerja una recesión económica en el país o zona monetaria. Con la aplicación de una serie de medidas para salir de esta situación que serán muy perjudiciales para los agentes sociales.
Para que se dé esta situación en la inflación es necesario que el decrecimiento en los precios se produzca, al menos durante dos trimestres consecutivos. En cambio, no se puede considerar deflación cuando este escenario solo afecta a unos pocos meses. Para lo cual habrá que analizar de forma regular el estado en el índice de precios al consumo. Siendo los consumidores los afectados ya que tendrán que gastar más dinero para afrontar el gasto familiar. Con una repercusión muy negativa en el consumo ya que los particulares serán más reacios para llevar a cabo sus compras de bienes y materiales.
Por otro lado, este fenómeno tiene una incidencia muy preocupante sobre los niveles de paro. Propiciado por el mayor problema por parte de las empresas para crear empleo. A la vez que se deben tomar medidas monetarias muy exigentes para revertir la situación. En cualquiera de los casos, es uno de los peores escenarios que se pueden dar en la economía de un país.
« Volver al glosario económico