En algunas ocasiones se habla de este término sin conocer en toda su exactitud en que consiste esta variante en el dinero. Pues bien, esta modalidad sin liquidez monetaria se refiere básicamente al aportado a toda de clase de tarjetas bancarias (crédito, débito, comerciales, etc.). Al igual que a otros medios de pago implantados en los últimos años, como el representado por los monederos electrónicos. En todos los casos, indican que existe un valor monetario, pero que no está físicamente en efectivo o metálico.
El dinero en plástico, tal y como indica su denominación, es el que está materializado y confeccionado a través de las tarjetas. No en vano, para referirse a ellas se utiliza con cierta frecuencia esta expresión en su sentido retorico. De la misma manera que es un concepto que se opone a lo que representa el cash o efectivo. Con detractores y defensores en uno u otro modelo.
Una de la ventaja de este sistema de abono reside en que no es necesario llevar efectivo para realizar compras o pagar los servicios. Sino que por el contrario, está basado en el saldo de una cuenta de ahorros hasta agotar su existencia. De todas, la mayoría de estos medios conllevan unos pequeños gastos por su emisión, gestión o mantenimiento. A pesar de todo ello, se va imponiendo en las preferencias por parte de los usuarios ya que aportan también una gran comodidad en su uso diario. Siendo en la actualidad un medio de pago emergente.
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