Es la remuneración que ofrecen las compañías cotizadas a todos sus accionistas. Como consecuencia de los beneficios generados en un ejercicio fiscal y cuyo pago se decide en la junta de accionistas. En España, el rendimiento medio de los dividendos en los últimos tres años está situado en torno al 4 % sobre el capital invertido. Siendo las empresas eléctricas, constructoras y bancos las más proclives a remunerar a sus inversores. Con un abono que puede ser trimestral, semestral o anualmente en función de la política de cada cotizada.
Este reparto monetario ha propiciado que los inversores más conservadores o defensivos se decanten por esta opción en los mercados bursátiles. Como modelo para protegerse de la inestabilidad en los mercados de renta variable. Al constituirse en una forma de crear una bolsa de ahorro de cara al medio o largo plazo. Debido a que se desarrolla una inversión muy peculiar de renta fija dentro de la variable, pase lo que pase en el mercado de valores.
Los dividendos, por otra parte, lo ofrecen solo las empresas que cotizan en bolsa que están sólidamente consolidas y cuyos beneficios se reparten en los accionistas. De la misma manera que se trata de una estrategia que llevan a cabo todos los integrantes de índice de referencia de la renta variable española, el Ibex 35. Mientras que por el contrario, es más raro que ocurra con los referentes secundarios. Otro hecho destacable que es que hay algunos índices, nacionales e internacionales vinculados a este pago.
« Volver al glosario económico