Un embargo económico es un tipo de orden gubernamental. Limitan el intercambio de bienes y el comercio a un país que especifican. A veces sólo afectan a determinadas mercancías que representan una amenaza para los intereses económicos o de seguridad vitales de la nación importadora.
Estos embargos suelen establecerse porque dos naciones se encuentran en una disputa política o un desacuerdo económico, o por una combinación de ambos. La idea que subyace a este tipo de castigo y restricción económica es aislar económicamente a una nación. El ejecutor espera dificultar la vida del pueblo y, en última instancia, del gobierno de la nación para que no tenga más remedio que llevar a cabo las acciones deseadas por el emisor del embargo.
Hay dos formas principales de embargos económicos. Un embargo estratégico detendrá el comercio de cualquier tipo de material, equipo o bienes militares con la nación víctima. Los embargos comerciales son mucho más restrictivos. Impiden a cualquier individuo o empresa exportar determinados bienes (o a veces todos los bienes) a la nación objeto del embargo. En el mundo actual, un gran número de países dependen del comercio mundial para funcionar y prosperar. Por eso un embargo económico puede ser un arma tan potente para influir en el comportamiento de una nación sin tener que ir a la guerra.
Un embargo comercial puede tener graves consecuencias negativas para la nación víctima y su economía. Estados Unidos suele basarse en los mandatos emitidos por las Naciones Unidas para decidir contra qué países imponer embargos económicos y comerciales. En muchos casos, las naciones aliadas combinan sus poderes económicos y comerciales colectivos para decretar embargos económicos conjuntos. Esto restringe el comercio con los países en cuestión en un esfuerzo por obligarles a realizar cambios estratégicos en favor de la paz mundial o a adoptar mejores comportamientos humanitarios.
Estados Unidos se ha hecho famoso por la imposición de algunos embargos económicos de larga duración contra otros estados soberanos. Entre ellos se encuentran los que se han aplicado a naciones como Irán, Corea del Norte y Cuba. En la década de los 80, varios países, junto con Estados Unidos, impusieron un embargo comercial a la otrora próspera nación de Sudáfrica. Lo hicieron debido a varias cuestiones a las que se oponían los gobiernos combinados, como el apartheid (segregación y discriminación oficial contra la población negra nativa de África por parte de una minoría blanca gobernante) y el impulso de la tecnología nuclear y la capacidad armamentística dentro del país.
Los embargos aplicados por Estados Unidos contra algunas de estas y otras naciones dejan fuera, en particular, el comercio de ciertos bienes, como los artículos necesarios. En estos casos, se centran más exclusivamente en las armas, las municiones y los sistemas de armamento o los artículos de lujo. Otras formas de comercio que dejan en su lugar. Las formas globales de embargos económicos son más devastadoras para las naciones víctimas, ya que detienen todo tipo de comercio entre la nación víctima y los infractores.
Tras los atentados terroristas que comenzaron con el 11 de septiembre de 2001, los embargos dirigidos por Estados Unidos han tendido a centrarse cada vez más en naciones amenazantes como Sudán. Este país y otros como Irán son bien conocidos por sus vínculos históricos y actuales con los terroristas y su financiación en todo el mundo. Esto los convierte en una amenaza directa para los intereses de la seguridad nacional estadounidense y los de sus aliados y amigos en todo el mundo.
En ocasiones, Estados Unidos también ha sido receptor de estos embargos económicos. Durante la década de 1970, la economía estadounidense sufrió un gran daño a causa del Embargo Petrolero Árabe. La Organización de Países Exportadores de Petróleo, o OPEP, impuso este embargo petrolero y creó miseria a través de la subida vertiginosa de los precios del gas, el racionamiento del combustible e incluso la escasez de gasolina en los surtidores.
En Estados Unidos, el Presidente tiene plena autoridad para imponer embargos en tiempos de guerra. Esto lo puede hacer en virtud de la actual Ley de Comercio con el Enemigo. Además de esto, el Presidente también puede basarse en la actual Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional para aplicar restricciones comerciales basadas en la emergencia nacional. Dichos embargos pasan a ser administrados por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU. Se trata de una división del Departamento del Tesoro que ayuda a encontrar y congelar las fuentes últimas de fondos tanto para las operaciones terroristas como para los negocios de la droga.
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