Es un concepto que tiene que ver claramente con la rentabilidad de las inversiones. Con una connotación dirigida al corto plazo ya que de lo que se trata es comprar barato y vender caro. Para conseguir los máximos beneficios en la operación con los cambios que se producen en los activos financieros. Si por algo se distingue esta actuación es porque se busca optimizar estos movimientos en el mínimo espacio de tiempo. Como por ejemplo, en la misma sesión bursátil o al menos en muy pocas horas, para una vez finiquitado este movimiento dirigirse a otro valor para repetir similar estrategia en la inversión. Por tanto, son unas operaciones que no tienen una vocación de permanencia.
Los movimientos especulativos requieren de unos valores o activos financieros muy especiales. Donde la diferencia entre su precio máximo y mínimo sea la más elevada posible como para obtener la ganancia en poco tiempo. De la misma manera que se aplica en la identificación de soportes y resistencias para dar mayor garantía a la operación. En este sentido, los que van dirigidos al corto plazo se llevan a cabo a través del trading. Este movimiento es la compraventa de valores con mucha liquidez. No solo en títulos bursátiles, sino también en divisas, futuros u otros instrumentos en la inversión.
Mientras que por otro lado, estas operaciones se distinguen porque su finalidad de cerrar muy pronto las posiciones. Siendo un movimiento diferente al de la inversión tradicional que tiene como fin rentabilizar los ahorros, en principio a medio y largo plazo. Donde no se hacen necesarias las prisas para desarrollar el proceso completo ya que se rige por otros parámetros diferentes.
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