ETF

Éste es un modelo de inversión que también es conocido como fondo cotizado, derivado de sus siglas en inglés exchange traded fund (ETF). Se caracteriza fundamentalmente porque diversifica varios activos financieros a través de un solo producto. Pueden ser procedentes de los mercados de renta variable (acciones, futuros o índices bursátiles) o fija (bonos corporativos o gubernamentales). Al igual que en otras inversiones alternativas, como por ejemplo materias primas (petróleo, gas, etc.) o metales preciosos (oro y plata).

Son muy parecidos a los fondos de inversión, pero que en este caso mantienen pequeñas diferencias. En primer lugar, porque los fondos cotizados se constituyen en una mezcla muy particular entre los fondos de inversión y la compra y venta de acciones en bolsa. Con unas comisiones más asequibles para los inversores, tanto en cantidad como en el número de ellas. De la misma manera que no son tan específicos para mantenerlos en el medio y largo plazo, tal y como es habitual con los fondos tradicionales.

Una de sus aportaciones más relevantes radica en el hecho de su elevada liquidez. Al cotizar los activos financieros en los mercados y por tanto se pueden negociar en cualquier momento del día. Por otra parte, son válidos para acceder a las plazas nacionales como a las internacionales, aunque en estas últimas es donde existe una mayor oferta de estos productos. Con una estructura en la cotización muy parecida al de los valores bursátiles y que habitualmente ofrecen una gran volatilidad en los precios diarios.