Un fondo mixto es un fondo de inversión cuya composición está basada en activos financieros procedentes, tanto de la renta variable como la fija, e incluso en los mercados alternativos. Este modelo intermedio permite a sus titulares que estén en disposición de diversificar sus inversiones desde el principio. Se trata de una estrategia para protegerse ante cualquier inestabilidad en los mercados. Sus componentes pueden ser elegidos por los gestores de los fondos con diversos porcentajes y que serán lo que al final determinen el perfil del producto. Como por ejemplo, mixtos moderados, agresivos o defensivos.
Un fondo mixto agresivo es el que tiene un porcentaje muy elevado en renta variable. Generalmente, en niveles a partir del 70 % u 80 % y el resto en fija u otros activos alternativos. También pueden ser de gestión activa o pasiva, en dependencia de si los gestores deciden cambiar sus integrantes en función de las tendencias de los mercados financieros.
Además, es un producto para la inversión que protege los intereses de sus titulares en escenarios poco favorables para conseguir una rentabilidad alta. Dentro de la renta fija se decanta por toda clase de bonos, deuda pública y efectivo. Mientras que en la variable puede llevar en su cartera a cualquier área geográfica y sectores. Habitualmente confeccionando una inversión más o menos equilibrada que es uno de los objetivos relevantes en esta modalidad de fondos. Van dirigidos a un plazo medio o largo en el que se pueda cumplir con las expectativas de rentabilizar los ahorros.
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