La globalización económica es un fenómeno odiado y alabado a partes iguales. Significa que el panorama y el escenario económico de cualquier nación depende en gran medida de la participación de otras naciones, a menudo competidoras. Un gran número de países amigos se suministran mutuamente recursos de los que los otros países simplemente carecen.
Dichos recursos pueden incluir tecnología, productos, materias primas, servicios y mano de obra individual. Muchos críticos han observado que este proceso podría conducir a una mayor integración y, finalmente, a un gobierno mundial único, como ha ocurrido gradualmente en la Unión Europea. Esta idea implica un gobierno único centralizado para todos los países bajo una misma bandera.
Un compromiso popular bajo los auspicios de la globalización económica es el comercio internacional. En esta actividad, los países intercambian entre sí servicios y bienes esenciales y de lujo. Los países que poseen abundantes recursos naturales recurren a este sistema de comercio para vender sus recursos únicos y así poder mejorar su situación económica nacional.
Este tipo de comercio internacional existe desde hace muchos siglos. La Ruta de la Seda, que conecta Asia y Europa en el comercio antiguo, lo demuestra. Un ejemplo actual de este tipo de comercio internacional es la industria del juguete. En este negocio, numerosos juguetes que se venden en Estados Unidos y Europa llevan la frase “Made in China” en su superficie.
La globalización económica afecta tanto a la economía como a las finanzas de los países, pero también a la identidad cultural y a la política nacional. Los tratados fiscales y las políticas comerciales se establecen entre varias naciones para proteger a cualquiera de ellas de amenazas como el terrorismo o para controlar su comercio. Las multinacionales pueden llegar a alterar el apetito de una nación por los alimentos. Empresas como McDonald’s han conseguido cambiar las preferencias alimentarias de los consumidores de los países asiáticos que creen que el arroz debe ser el pilar de su dieta diaria. La moda europea de París, Londres y Milán ha conseguido influir en los estilos y gustos de los consumidores asiáticos y estadounidenses que la importan para venderla en sus tiendas de ropa.
Es fácil ver la globalización económica con lentes ventajosas o desventajosas, según la perspectiva de la persona que la juzgue. Los efectos positivos son que proporciona más oportunidades de trabajo y a veces ofrece mayores salarios. Esto suele conducir a un mayor y más rápido crecimiento económico y, finalmente, a un aumento del nivel de vida. Esta cooperación internacional también ha fomentado mayores y más largos periodos de paz internacional entre los países. Además, ha propiciado un mejor intercambio cultural mediante la comprensión y el conocimiento de otras culturas y países. La tecnología ha desempeñado un papel muy importante en esta capacidad. Los críticos de la globalización económica también tienen mucho sobre lo que expresar sus quejas. Muchos críticos han argumentado con éxito que las desventajas superan sustancialmente a los beneficios. Una de las cuestiones negativas es que ayuda a los países a consumir los recursos naturales mundiales a una escala mayor y más rápida. Esto es resultado de la mayor demanda de materias primas escasas que ha crecido con muchos países desarrollados y en desarrollo por igual.
Un segundo inconveniente es que permite la violación de los derechos humanos. Numerosas naciones pueden explotar más fácilmente la mano de obra de la población de otros países cuando son países en desarrollo. Otros críticos del mundo en desarrollo señalan que la globalización económica es básicamente un medio encubierto para que los países más ricos colonicen a los más pobres y menos poderosos. Lo hacen tomando el control del panorama económico general de los países más pobres. Independientemente de la opinión que tengan los críticos o los seguidores de esta globalización económica, ninguno de los dos bandos puede negar la cantidad de huella que tiene continuamente en el desarrollo global de hoy y en el futuro previsible.
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