La oferta hipotecaria actual se podría dividir en tres tipos, fija, variable y mixta, siendo las más comercializadas las dos primeras.
Una hipoteca fija es aquella en la que el tipo de interés no varía durante toda la vida del préstamo hipotecario. De esta manera cada mes vas a pagar lo mismo, desde el primero hasta el último y por tanto te puede olvidar del Euribor, del IRPH y de los tipos de interés.
Durante muchos años ha sido la gran olvidada de la banca que centraron sus esfuerzos comerciales casi en exclusiva a vender hipotecas variables referenciadas al Euribor pero desde mediados de 2020 representan ya más del 50% de las hipotecas contratadas en nuestro país.
¿Cuáles son las ventajas de una hipoteca fija?
La ventaja principal y la más obvia es la seguridad. Siempre pagarás lo mismo con lo que será más fácil realizar previsiones y planificar tus finanzas.
Otra ventaja, que tenemos ahora, es que estamos inmersos en una guerra hipotecaria con lo que los bancos están centrando sus esfuerzos en este tipo de productos. Sus condiciones son cada vez mejores y en algunos casos mejores que las de las variables, a las que están castigando poco a poco.
¿Cuáles son las desventajas de una hipoteca fija?
Las desventajas de las hipotecas fijas coinciden con las ventajas de las variables y podríamos resumirlas en tres.
- Tienen unas mayores comisiones, especialmente la de apertura
- Durante los primeros años pagarás más ya que actualmente el Euribor cotiza en negativo.
- El plazo es menor, si bien podemos encontrar hipotecas variables hasta a 40 años lo normal en las fijas es ver un límite de 25 años.
¿Qué es mejor una hipoteca fija, una variable o una mixta?
Esta es la gran pregunta a la que se enfrenta cualquiera que busque una hipoteca y no hay respuesta clara ya que depende de la situación de cada uno, sus preferencias y sus previsiones.
Por un lado deberías analizar tu tolerancia al riesgo, un aspecto psicológico muy a tener en cuenta. Si te afecta mucho el no saber cuánto vas a pagar dentro de un año, es algo que te evitas con una hipoteca fija. Si por el contrario te gusta esa incertidumbre, que conlleva que puedas pagar más pero también menos, probablemente te merezca la pena la variable. Debes tener en cuenta que la tranquilidad tiene un precio y tienes que estar dispuesto a pagarlo.
Y por otro lado deberías tener en cuenta tus previsiones sobre el pago de la hipoteca y duración de la misma, si crees que la vas a pagar en pocos años te interesará una variable ya que disfrutarás de tipos bajos durante los primeros años (puede que diez)
Y finalmente está el plazo del préstamo, si necesitas más de 25 años probablemente no tengas elección y tengas que ir a por una variable.
Por último, si no te decides puedes elegir una hipoteca mixta que pretende tomar lo mejor (y también lo peor) de cada una.
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