En la clásica película de 1983 “Entre pillos anda el juego” el equipo de Billy Ray Valentine (interpretado por Eddie Murphy) y Louis Winthorpe III (interpretado por Dan Aykroyd) lograan vencer a los ruines hermanos Duke intercambiando su copia anticipada del informe de la cosecha de naranjas, un indicador económico de primer orden que contiene información clave sobre el mercado del zumo de naranja. La escena transcurre a la velocidad del rayo, y en cuestión de instantes los hermanos Duke lo pierden todo mientras Valentine y Winthorpe amasan una gran fortuna actuando sobre el verdadero indicador económico. Es una escena cinematográfica divertida que refleja la realidad del comercio mucho más de lo que cabría esperar.
En la época en la que se publicó “Entre pillos anda el juego”, la turbia y muy rentable maniobra de negociación interna realizada por Valentine y Winthorpe no era ilegal. Pero ahora sí lo es. En 2010, se añadió a las normas que regulan el uso de información privilegiada una disposición especial denominada “Norma Eddie Murphy”.
Aunque la operación de “Entre pillos anda el juego” tuvo lugar en el mercado de materias primas, el mercado de valores funciona de la misma manera: Los pronosticadores financieros utilizan indicadores económicos para predecir lo que sucederá a continuación, y luego los operadores basan sus decisiones de compra y venta en esa información fundamental.
Estos indicadores se componen de colecciones de datos estadísticos y de encuestas, que se agrupan en paquetes numéricos ordenados y se publican. A diferencia del informe sobre la cosecha de naranjas de la película, los indicadores económicos generales se utilizan para predecir las tendencias del mercado.