La ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo de defensa que tienen empresarios y trabajadores por cuenta propia ante los efectos de las crisis económicas en sus negocios o empresas. Consiste básicamente en una normativa que tiene como finalidad eliminar las deudas y minimizar la carga financiera a las compañías o personas que están atravesando por graves apuros financieros o de contabilidad. Para que de esta manera, y acogiéndose al nuevo procedimiento, puedan partir de nuevo en su proyecto profesional desde cero.
No obstante, es completamente necesario que los demandantes cumplan con dos requisitos básicos. Por una parte que no puedan responder frente a la deuda acumulada. Debido a que tendrán que demostrar que se ha liquidado el patrimonio en proceso concursal y se ha tratado de abonar en lo posible los atrasos a los deudores. Por otro lado, acreditar que se ha obrado de buena fe. De la misma manera que no se podrá acoger a este ley en los diez años anteriores.
De todas las formas, en la ley se expone que habrá que intentar en primer lugar un acuerdo extrajudicial entre las dos partes. En un proceso que puede llegar a ser muy lento. Si no se consiguiera alcanzar un pacto, no quedaría más remedio que acudir a los tribunales para que un juez dictamine si el demandante lleva razón en su exposición. En cuyo caso, se le cancelarían algunas de las deudas contraídas hasta el momento de iniciar este recurso.
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