Es un concepto muy utilizado en los mercados de renta variable porque se refiere a aquellos valores que tiene una capitalización media. En la práctica quiere decir que el volumen de contratación diario se sitúa entre los de mayor y menor capitalización, en este último caso conocido como small caps. Tal es su incidencia en las operaciones que en cada plaza bursátil existe un referente de estas características. En España está representado por el Ibex small caps, integrado en el mercado continuo y no en el índice principal de la bolsa nacional, el Ibex 35.
Algunos de los títulos que se integran dentro de esta categoría son los siguientes: Atresmedia, Ence o Unicaja. Tomar posiciones en estas cotizadas tiene algunas ventajas, como su menor riesgo en las operaciones como consecuencia de pertenecer a grupos empresariales consolidados desde el punto de vista financiero y contable. Además, pueden servir para diversificar la cartera de inversión con acciones menos contratadas por los inversores, pero que pueden ser muy interesantes para rentabilizar los movimientos.
En cambio, su principal inconveniente para abrir posiciones reside en que su potencial de crecimiento suele ser menor respecto a los valores de alta capitalización. Al igual que la mayor volatilidad que tienen al cotizar menos títulos en los parqués de renta variable. Hasta el punto que la diferencia diaria entre su precio máximo y mínimo se eleva notablemente. En este sentido, pueden ser más proclives a los usuarios que buscan un rápido beneficio en muy pocas sesiones de bolsa.
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