Las Penny Stocks (acciones de un centavo) son aquellos valores que suelen negociarse a precios comparativamente más bajos, fuera de las grandes bolsas de valores, y con capitalizaciones de mercado más pequeñas. Muchos analistas e inversores consideran estos valores como de mayor riesgo y extremadamente especulativos. Esto se debe a que presentan importantes diferenciales de compra y venta, menos liquidez, menores seguidores y menores requisitos de capitalización y divulgación. Muchos de estos valores más pequeños cotizan en las hojas rosas o en el tablón de anuncios OTC en lo que se conoce como “mercado extrabursátil”.
Las acciones de un centavo solían ser las que se negociaban por menos de un dólar, pero gracias a la SEC esto ya no es así. La SEC modificó la definición, de modo que todas las acciones que cotizan por menos de 5 dólares se consideran ahora acciones de céntimo. Estas empresas tienen menos requisitos de cotización, regulaciones y presentaciones que las rigen.
Es importante recordar que las acciones de un céntimo son solo adecuadas para los inversores que pueden soportar más riesgos. Llevan aparejada una mayor volatilidad, que puede dar lugar a grandes pérdidas o posiblemente a mayores beneficios. Los menores volúmenes y las mayores cantidades de riesgo son la razón por la que los movimientos de estas acciones pueden ser asombrosos. Estas empresas luchan con menos recursos y menos efectivo, pero a veces logran avances que pueden catapultar el precio de sus acciones. Es más seguro negociar o invertir en penny stocks que cotizan en el NASDAQ o en la Bolsa de Valores Americana AMEX, porque estas bolsas regulan más enérgicamente a las empresas que las componen.
Hay cuatro factores que hacen que estos valores de microcapitalización sean mucho más arriesgados que los valores tradicionales de primera categoría. La información a la que tiene acceso el público suele ser escasa. Es más difícil tomar decisiones bien informadas sobre empresas que no ofrecen suficiente información. El resto de la información que se ofrece sobre estos valores de microcapitalización puede proceder de fuentes poco fiables.
Otra característica que hace que los penny stocks sean tan arriesgados es que no tienen un conjunto común de normas mínimas. Ni las pink sheets ni la OTCBB exigen a estas empresas que cumplan unos requisitos mínimos para seguir cotizando. Tendrán que presentar ciertos documentos a tiempo en la OTCBB, pero no en las pink sheets. Estas normas ofrecen tradicionalmente un colchón de seguridad que ayuda a proteger a los inversores. Son un punto de referencia que deben alcanzar otras empresas más pequeñas.
Una tercera dificultad de estos valores de microcapitalización es que carecen de historia. Un gran número de estas empresas puede estar cerca de la quiebra o ser de reciente creación. Esto significa que su historial es inexistente o pobre en el mejor de los casos. La falta de datos históricos agrava la dificultad de evaluar el futuro de una empresa y las posibilidades de sus acciones a corto y largo plazo.
Un último peligro de las acciones de bajo coste es su falta de liquidez. Esto crea dos problemas. Un inversor puede no ser capaz de vender las acciones a un precio aceptable. Con una baja liquidez, puede que no haya ningún comprador disponible a ningún precio. La baja liquidez también conlleva la posibilidad de que los operadores manipulen los precios de las propias acciones. Pueden comprar enormes cantidades de la emisión, promocionarla ellos mismos y luego venderla a precios más altos a otros inversores que se quedan con ella. Esto se denomina estrategia de “pump and dump”.
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