Es la asignación que dan a los jubilados que carecen de recursos económicos y no hayan cotizado el tiempo suficiente para conseguir las prestaciones contributivas. Dentro de este grupo existen dos pensiones de estas características, la de la jubilación y de invalidez. En cualquiera de ellas, los cargos forman parte de los presupuestos generales del estado y no de la Seguridad Social. Aunque es un aspecto que será estudiado en la próxima reforma de las pensiones que podría estar lista en 2021 o el próximo año.
Entre los requisitos para acceder a esta clase de pensiones se deberá carecer de ingresos suficientes. En estos momentos, está estipulado en que sean inferiores a 5.639,20 euros al año. De la misma manera que será necesario que los jubilados no tengan derecho a una pensión contributiva. El plazo que marca su división está contemplado en 15 años. Es decir, si una persona ha cotizado a la Seguridad Social durante su vida laboral un total de 14 años y 11 meses o menos, solo tendrá capacidad a la no contributiva si cumple con los restantes requerimientos.
La cuantía en 2021 de la no contributiva alcanza 402,80 euros todos los meses. Con una pensión anual de 5.639,20 euros al año en el mejor de los casos. Sin que pueda cobrarse ninguna paga extra, tal y como sucede en la modalidad contributiva. No obstante, no es compatible con las pensiones de carácter asistencial (PAS) y con los subsidios o ayudas a las personas más desfavorecidas de la sociedad.
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