Préstamo con garantía pignoraticia se trata de una de las modalidades en la financiación más desconocidas por buena parte de los usuarios bancarios. Se refiere básicamente a la estrategia de cambiar la garantía del piso por la de otros activos. Como pueden ser el vehículo, productos financieros, compra y venta de acciones en bolsa o locales comerciales, entre algunas de las más relevantes. Es una operación que será beneficiosa en función de la posición financiera del propio titular. En cualquier caso, pignorar un crédito puede ser ejercido por una tercera persona que realizará esta actuación sobre un bien de su propiedad.
Esta figura se distingue porque puede ser voluntaria o como consecuencia de una condición impuesta por la entidad bancaria, al reclamar una garantía adicional para conceder la línea de crédito. En este escenario, una ventaja que presenta un préstamo con protección pignoraticia es que resulta más barata en su contratación. Esto es debido a que se eliminan gastos como los derivados por la gestión ante notario y que alcanzará una rebaja de hasta 5.000 euros, en función del importe demandado.
Mientras que por otra parte, una divergencia sobre el método tradicional reside en que al presentar como garantía el bien pignorado se tiene la posibilidad de obtener, o un tipo de interés más competitivo o ampliar el capital disponible. Estas dos prestaciones al final generan que el resultado del préstamo pueda llegar a ser más flexible que a través de los otros formatos. Por tanto, mejora las condiciones en su contratación.
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