Los tipos de interés son los niveles a los que se cobra el interés a un prestatario por utilizar el dinero que obtiene en forma de préstamo de un banco u otro prestamista. También son los tipos que se pagan a los particulares y a las empresas por depositar sus fondos en un banco.
Los tipos de interés son fundamentales para el funcionamiento de las economías capitalistas. Suelen expresarse en forma de porcentajes para un periodo de tiempo determinado, normalmente por año.
Por ejemplo, una pequeña empresa puede necesitar capital para adquirir nuevos activos para la compañía. Para adquirirlos, pide un préstamo a un banco. A cambio de concederles este préstamo, el banco recibe intereses a un tipo de interés preestablecido y acordado por prestarlo a la empresa y aplazar su propio uso del dinero. Reciben estos intereses en pagos mensuales junto con los reembolsos del principal.
Los tipos de interés también son utilizados por los organismos gubernamentales para llevar a cabo políticas monetarias. Los bancos centrales los fijan para influir en los resultados económicos de su país. Influyen en muchos elementos de la economía, como el desempleo, la inflación y los niveles de inversión.
Hay que tener en cuenta varios tipos de interés diferentes. El más comúnmente expresado es el tipo de interés nominal. Este tipo de interés nominal resulta ser la cantidad de interés que se paga en términos monetarios. Si una familia deposita 1.000 euros en un banco durante un año, y se le pagan 50 euros de intereses, su saldo al final del año será de 1.050 euros. Esto se traduciría en un tipo de interés nominal del 5% anual.
El tipo de interés real es otro tipo de tipo utilizado para determinar el poder adquisitivo que se recibe. Es el tipo de interés después de restar el nivel de inflación. La determinación del tipo de interés real consiste en calcular el tipo nominal y restarle el importe de la inflación. En el ejemplo anterior, supongamos que el nivel de inflación de la economía se mide en un cinco por ciento para el año. Esto significaría que los 1.050 euros que hay en la cuenta a final de año sólo compran lo mismo que los 1.000 euros al principio del año. Esto se traduce en un tipo de interés real de cero.
Los tipos de interés cambian por muchas razones. Se modifican para obtener beneficios políticos de los partidos en el poder. Al reducir el tipo de interés, una economía obtiene un impulso a corto plazo. La ayuda a la economía suele influir en el resultado de las elecciones. Desgraciadamente, la ventaja a corto plazo obtenida suele verse compensada más tarde por la inflación. Esta posibilidad de cambiar los tipos de interés se elimina con los bancos centrales independientes.
Otra razón principal por la que cambian los tipos de interés es por las expectativas de inflación. Dado que la mayoría de las economías demuestran tener inflación, cantidades fijas de dinero comprarán menos bienes dentro de un año que hoy. Los prestamistas esperan ser compensados por ello. Los bancos centrales suben los tipos de interés para luchar contra esta inflación según sea necesario.