La hipoteca es una carga económica que te acompañará durante media vida y conviene estar muy informado sobre este producto financiero bastante complejo. Aquí tienes una guía de hipotecas con las respuestas a las preguntas más comunes.
Dicen que el diablo está en los detalles, una máxima que se debe aplicar especialmente a cualquier producto bancario, sobretodo a las hipotecas en donde durante muchos años hemos visto como los bancos abusaban con cláusulas que no sabíamos que estaban allí.
A la hora de contratar una hipoteca no solo hay que fijarse en el interés, sino también en los términos y condiciones que pueden incluir comisiones y la necesidad de contratar otros productos vinculados, lo que antes se llamaban “vinculaciones” y ahora tiene un nombre más bonito. Aunque antes la mayoría de los bancos requerían domiciliar la nómina y contratar seguros de vida y hogar, ahora es más común que ofrezcan bonificaciones si se contratan alarmas, se domicilian recibos de servicios, se usan tarjetas o se hacen aportaciones a planes de pensiones.
Aunque los seguros pueden ser beneficiosos si reducen el interés, no todos son obligatorios. Los clientes pueden decidir contratar estos productos con el banco de la hipoteca o con otra entidad, aunque renunciar a ellos implicará perder la bonificación en el interés. En general se recomienda minimizar el número de productos bonificadores para evitar gastos adicionales que podrían aumentar con el tiempo, obligando a mantener la contratación durante toda la vida de la hipoteca. Frecuentemente el negocio para el banco está precisamente en esos productos y no en la hipoteca.
Otra práctica común es ofrecer la opción de pagar varios años de seguro por adelantado mediante prima única financiada, lo que implica incluir el coste del seguro en el capital de la hipoteca. Esto aumenta el coste final debido a los intereses. Se recomienda pagar los seguros anualmente o mensualmente para evitar intereses adicionales y tener la flexibilidad de renovar o cambiar la póliza cada año según las necesidades.
Además, las comisiones por subrogación y amortización anticipada pueden alcanzar hasta el 2%. Es importante negociar estas comisiones desde el principio para eliminarlas o reducirlas al mínimo posible. Negociar una comisión por amortización parcial a cero es una buena práctica.