Y me responderéis, sí, cualquier banco. Siguiente pregunta.
Y tenéis razón aunque con matices, si un banco se va al garete y arrastra a la economía es porque probablemente la economía estaba tan delicada que se llevó a ese banco por delante. La última crisis no vino porque se hundiese Lehman Brothers si no por todo lo que había detrás de esa caída.
Así que hagamos la pregunta de nuevo y un poco menos sexy ¿Puede una empresa industrial, en un entorno económico favorable ralentizar la economía de un país? o ¿Puede la cagada de una empresa rebajar el PIB de un país?
Pues ya que preguntáis eso os daré un ejemplo. Boeing, que las está pasando canutas con sus 737 que se caen.
El gigante aeronáutico y aeroespacial es tan importante para la economía americana – es el exportador No. 1 – que se espera que la decisión de suspender la producción de su problemático avión 737 Max repercuta en todo el sector manufacturero.
El economista jefe de EE.UU. en Oxford Economics (Gregory Daco) estima que el PIB de los EEUU se reducirá alrededor de 0,5 puntos en el primer trimestre del 2020 debido a la detención de la producción. Esta opinión es compartida por los economistas de JPMorgan Chase y Wells Fargo.
Boeing es el mayor exportador estadounidense con diferencia y sus tentáculos llegan hasta el sector industrial, por lo que la suspensión afectará a los grandes y pequeños fabricantes en Estados Unidos y en el extranjero. En total tiene cerca de 6.500 proveedores de más de 100 países.
Por ejemplo, Spirit AeroSystems es una empresa con 18.000 empleados de la que depende el 80% de sus ventas a Boeing, también está General Electric que con más de 300.000 empleados también verá como su facturación baja y así con miles de grandes proveedores que hasta el momentos han no se han visto afectados por esta crisis ya que Boeing continuó construyendo los aviones. Con la reciente interrupción de la producción, su balance final se verá afectado.
A medida que nos adentramos en el primer trimestre de 2020, el efecto será mucho mayor, principalmente porque las decenas de miles de proveedores no producirán tanto como lo han hecho. La repentina suspensión de la producción, que reduce la producción de 40 aviones al mes a cero, tendría en realidad un impacto directo en el crecimiento. Cada 737 Max cuesta entorno a los 120 millones de dólares. 120×40 son 4.800 millones de dólares que cada mes dejan de moverse en la economía estadounidense.
Entre los afectados por la crisis se encuentran muchas de las aerolíneas estadounidenses y extranjeras que vuelan el 737 Max, que es, con mucho, el avión más popular de Boeing.
Los clientes de la aerolínea estadounidense estiman que han perdido cientos de millones desde que el avión fue puesto en tierra a principios del año pasado. A principios de Octubre, la Asociación de Pilotos de Southwest Airlines anunció que demandaría a Boeing por 100 millones de dólares en ingresos perdidos. Boeing ya se ha comprometido a pagar 5.000 millones de dólares después de impuestos en compensación a las aerolíneas, aunque todavía no está claro si esto vendrá en forma de descuentos u otros beneficios. De momento el fallo del 737 Max ha costado a Boeing más de 10.000 millones de dólares y probablemente se note en el PIB estadounidense, lo cual no es bueno para nadie.
¿Too big to fail?