Las últimas horas que están llegando desde Grecia son más que desconcertantes y está ganando fuerza la hipótesis del impago de la deuda, un default quizá parcial porque Grecia no aceptaría las condiciones para liberar los 7.200 millones de euros del segundo tramo del rescate… Este escenario me sorprende por varias razones, por una parte porque este escenario nos lo podíamos haber ahorrado hace años y que los contribuyentes de los países miembros no subvencionaran ni los despilfarros, ni las mentiras del gobierno heleno y por otra parte, la gran perjudicada de un impago es más bien Grecia… Emitiría pagarés o crearía una moneda para pagar gastos, el valor de esta divisa se desplomaría, las importaciones se encarecerían trayendo a expuestas la inflación y con ella el desabastecimiento de ciertos productos básicos como medicinas, energía o todo aquel producto externo y la recesión volvería al país heleno. Espero sinceramente que sea una escenificación teatral por parte de Grecia porque sino no esto no tiene demasiado futuro para los griegos.
La situación es muy delicada, tanto que el BCE aumentó el miércoles las provisión urgente de liquidez (ELA) para el sistema bancario griego en 1.500 millones de euros, hasta alcanzar 75.500 millones de euros. Debido a que el BCE no acepta bonos griegos, el ELA es el único mecanismo para financiarse, con intereses mayores y es la misma Grecia la que asume el riesgo crediticio de la operación.
Vayamos con la lista de los próximos pagos a los que se deberá enfrentar Grecia. A finales de abril 1.700 millones de euros por pago al sector público y pensiones. El gobierno de Tsipras ha reconocido este miércoles que tiene un problema de caja y le faltan 400 millones de euros para cerrar el mes de abril. Por esta razón el lunes de esta semana se publicó una ley que obliga a los organismos públicos a transferir sus reservas al Banco de Grecia para que se presten al Estado. Se estima que con esta medida obtendrían entre 1.200 y 2.000 millones de euros adicionales, que sirven para ganar poco más de dos semanas y trasladar el problema al mes de mayo.
Para el próximo mes de mayo ya no salen las cuentas y necesitará durante ese mes esos 7.200 millones de euros que están pendientes de aprobación. El 1 de mayo Grecia debe pagar 200 millones de euros al FMI y el día 12 debe pagar otros 780 millones de euros a la institución de Lagarde. Para pagar necesita sí o sí que se apruebe el rescate en la reunión del Eurogrupo el día anterior y para ello debe existir un acuerdo, que ha día de hoy está lejos de alcanzarse. La opción que baraja Tsipras es que el 11 de mayo se le entreguen 1.900 millones de euros que están vinculados a los beneficios de los bancos centrales de la eurozona con deuda griega y que a diferencia del programa de rescate, no se devolvería. Pero la opción de Tsipras no se contempla en el Eurogrupo, al menos por ahora… Gracias al parche del gobierno griego, el Eurogrupo de hoy pierde importancia porque la necesidad de obtener recursos no influye en un impago en el muy corto plazo, por lo que nuestra atención debe estar fijada en el día 11 de mayo.
Desde el BCE han comentado que si Grecia no atendiese a los pagos puntuales, no implicaría la salida del euro y al mismo tiempo, además se estaría planificando una nueva moneda paralela para Grecia para desarrollarla en un escenario en el que Grecia se queda sin dinero. Según los analistas, el 30% de los griegos acabarían recibiendo de algún modo un pagaré en sus manos pero este papel no servirían para ser aceptados por los bancos helenos, ya que el BCE los rechazaría por completo pero sí para la realización de transacciones internas en el país, quedando obviadas las importaciones que sólo tendría sentido formalizarlas en euros. En ese supuesto, el euro es una moneda refugio por lo que todo el mundo retira euros de los depósitos bancarios… por si acaso… así ante una devaluación estarían cubiertos. Lo que nos lleva a un escenario de corralito o de controles de capitales para evitar que la banca se quede sin dinero.
Últimamente se está hablando más sobre la posibilidad de impago que la de un acuerdo, ya que parece que nadie quiere dar el brazo a torcer. En mi opinión, si no hay acuerdo en esta cumbre en Riga, que es el escenario más probable, y se sigue insistiendo en la idea de una moneda paralela u otras historias, es muy probablemente haya un corralito de forma repentina porque sino el efecto es carecería de impacto. De momento, seguiremos viendo altas dosis de volatilidad en los mercados y cada filtración o infarmación será relevante para determinar la dirección del mercado.