Aunque para mi lleva años siendo obvio que los numerosos casos de corrupción detectados en los grandes partidos políticos han sido consentidos por sus máximos dirigentes que, mínimo, son culpables de ello, ha sido la venganza de Bárcenas la que ha hecho abrir los ojos a muchos. El que un imputado no tenga –aparentemente- miedo a aumentar su propia condena y testifique implicando a otros posibles delincuentes y aportando pruebas, en principio parece un éxito de la investigación judicial pero todo este proceso ha resultado ser bastante triste porque ha dejado en evidencia tanto a otros partidos que exigen al PP lo que no hacen en su casa como a mucha prensa que directamente ha tomado partido en lugar de informar de los hechos. Pero lo que más parece preocupar es la consecuencia económica de todo esto hasta el punto que mucha gente –con la mejor intención- piensa que es mejor que Rajoy, aunque esté implicado, siga en el poder antes de que pueda abrirse un período de inestabilidad política que pueda hacer descarrilar esa recuperación económica tan anunciada y tan esperada. De hecho este mismo lunes Rajoy repitió que la estabilidad política española era clave ¿Tiene esto base?
Dejando de lado el aspecto ético y centrándonos sólo en la economía, no parece que esto sea cierto ya que los mínimos del Ibex y los máximos de la prima de riesgo ocurrieron en verano de 2012 con un gobierno de mayoría absoluta de Rajoy y los peores datos de paro de la historia vistos este mismo año también han acaecido con ese mismo gobierno de gran estabilidad política. ¿Miedo a la reacción de los mercados? Pues más allá del corto plazo, tampoco, el país que con diferencia más ha mejorado “en los mercados” los últimos meses (con rebotes espectaculares de su bolsa y bajadas aún más espectaculares de sus CDS y de la rentabilidad de su deuda) en la €zona ha sido Grecia y allí gobierna una coalición no muy bien avenida. Podemos comparar perfectamente lo que pudiera ocurrir en España si hubiera nuevas elecciones y no hubiera una mayoría absoluta clara de nadie y tuviera que haber pactos, con lo que pasó en Italia hace unos meses cuando a finales de febrero resultó que Grillo y Berlusconi obtuvieron unos resultados que impedían –en teoría- el gobierno del candidato socialdemócrata que era el deseado por “los mercados”. Hubo una gran tormenta: cayó la bolsa, subió la prima de riesgo y ya entonces De Guindos utilizó ese argumento de la superioridad respecto a Italia gracias a la estabilidad política española: El Gobierno se jacta de su mayoría frente al caos político de Italia pero lo cierto es que desde entonces a ahora la evolución de Italia y de España, a pesar de esa diferencia, ha sido similar tanto económicamente como en bolsa y en rentabilidad de la deuda y la prima de riesgo.
Así pues, más allá de la breve tormenta en los mercados que podría sucederse de dimitir Rajoy y convocarse nuevas elecciones (algo que tampoco es necesario, podría venir el cambio dentro del PP sin elegir nuevo Parlamento), no es cierto que un posible resultado sin mayorías de ningún grupo fuera un obstáculo para una posible recuperación. Es decir, que la posible inestabilidad económica derivada de una posible inestabilidad política (en resumen el medio al cambio), no debería ser un argumento para que alguien, aunque sea votante habitual del PP, justifique un ciego apoyo a Rajoy caso de creer que ha tenido una actitud poco honrada en su cargo de secretario general de su partido. Por supuesto si no lo cree y piensa que Rajoy es inocente que lo apoye cuanto quiera y confíe en su palabra pero si no es así que no use la posible recuperación económica como excusa para justificar que no haya cambios. Mi opinión es que debemos mirar hacia el futuro, no volver a los tiempos en que se acusaba a los que avisaban sobre la crisis de falta de patriotismo (como ahora se está haciendo con los que exigen trasparencia del gobierno, por ejemplo aquí) y aprovechar esta indignación popular por el caso Bárcenas para mejorar el país, salvar las diferencias políticas y exigir una regeneración en las instituciones donde se castigue cualquier actitud poco honrada, caiga quien caiga y se provoque la tormenta política, económica o financiera que se provoque. No todo vale para salir de la crisis y además nadie nos garantiza que vayamos a salir si nos conformamos con los dirigentes que tenemos en la actualidad.
En cuanto a la semana en los mercados, pocas novedades respecto a lo que hemos visto en la primera quincena de julio: unos índices norteamericanos muy alcistas que encuentran excusas tanto en los malos como en los buenos datos para subir y a la que además está afectando positivamente la temporada de resultados especialmente al sector financiero dados los espectaculares aumentos de beneficios de algunos bancos. Europa a remolque y sin tanta fuerza, mantiene el buen tono por la influencia positiva norteamericana ya que motivos internos no existen… y dentro de Europa las bolsas periféricas y especialmente el Ibex, flaquean incluso en los días más alcistas globales (aunque el vencimiento de hoy de futuros quizás influyó en la fortaleza que tuvo ayer). Curioso que de repente parece que lo que hacen las bolsas china y japonesa ya no se tiene tanto en cuenta y ya no sirven como excusa para justificar los movimientos en las crónicas. No pasa lo mismo con los bancos centrales que siguen siendo los principales actores de todo lo que pasa en los mercados. Había mucha expectación con el discurso de Bernanke del miércoles pero no contó nada nuevo y aunque siguió sin dar pistas de un fin inmediato de las QE -lo que tranquilizó a muchos- ese mismo día Banco de Inglaterra sí que insinuó –por los resultados de la votación del último comunicado- que va a frenar sus estímulos. Mi opinión es que mientras no se acaben realmente las compras directas de los bancos centrales seguirá habiendo mucha liquidez dispuesta a ser invertida y apoyando la tendencia alcista pero el miedo a ese fin puede añadir mucha volatilidad las próximas semanas.
Hoy os traigo una imagen que creo muestra muy bien la diferencia de ciclos económicos y de dinamismo –para lo bueno y para lo malo- entre los EUA y la €zona, más allá de las frías cifras macro: es la evolución de las matriculaciones de coches que en número se iguala en 2008 y desde el mínimo –tras una caída mucho más abrupta en los EUA- de comienzos de 2009, no deja de subir allí –aunque sigue en niveles de hace 15 años- mientras aquí sigue en descenso y creo es todo un síntoma de la actual recesión –sin pistas de finalizar en el corto plazo, digan lo que digan- en nuestras área económica
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