Los minipréstamos son un producto en crecimiento constante en nuestro país (está creciendo a un ritmo aproximado del 100% anual, según datos del sector). Las fuertes restricciones en la concesión de crédito por parte de las entidades bancarias han dado un buen empujón a las financieras privadas que se dedican a la comercialización de los minicréditos.
Estos productos, que están proliferando sin cesar, resultan una forma de financiación rápida y sencilla para el cliente. En minutos se puede disponer del crédito sin tener que cumplir demasiados requisitos.¿A qué se deben estas ventajas tan desmarcadas de los préstamos convencionales? A que sus características permiten a las empresas que los ofrecen minimizar riesgos y maximizar beneficios:
- Baja cuantía: La mayoría de entidades ofrece un máximo de 300 euros para clientes nuevos, aunque alguna entidad ofrece hasta 600 euros. Esto, por tanto, supone para la entidad distribuye el riesgo de impagos en muchos préstamos de pequeño importe.
- Plazo de devolución breve: El plazo para devolver la cantidad prestada oscila entre los 15 y los 30 días habitualmente. Es cierto, no obstante, que alguna entidad puede ofrecer hasta 45 días. De este modo la empresa tiene el cobro garantizado en poco tiempo.
- Mínimos requisitos y concesión inmediata: Los requisitos recurrentes consisten en ser mayor de edad, disponer de una fuente de ingresos oficial, y no aparecer en listados por morosidad (aunque en este punto existe alguna excepción). Si se cumplen en minutos se puede disponer del dinero solicitado en tu cuenta. Estas dos características funcionan como atractivo para el cliente, especialmente por la dificultad de acceso al crédito en el mercado.
- Tipos de interés: A cambio de la concesión inmediata, las entidades estipulan tipos de interés que oscilan entre el 20 y el 30% mensual. Se trata de intereses bastante superiores al de los créditos tradicionales (alrededor de un 9% TAE) que permiten a las empresas rentabilizar los riesgos asumidos debido a la escasez de requisitos. Por otra parte, los intereses generados por el impago de la deuda en el plazo correspondiente pueden situarse en torno al 45%.