La reestructuración bancaria ha entrado en una nueva fase. No podemos decir que sea la final, ya que queda mucho camino por andar hasta ver todas las entidades financieras con problemas saneadas o liquidadas, pero si estamos más cerca del objetivo. Esta pasada semana, tras anunciar la compra de Banco de Valencia por Caixabank, Europa ha aprobado el rescate a las entidades nacionalizadas, 37.000 millones de euros, superando las cantidades que había adelantado Oliver Wyman, especialmente en el caso de Bankia, y sin olvidar que además de este rescate, existe un “segundo”, que es la compra de activos tóxicos que realizará el banco malo.
Con esta aprobación, conocemos más detalles, como el tipo de interés medio de la operación (entorno al 1,5% según Luis de Guindos) y se abren otros asuntos espinosos, como la reducción drástica de plantilla con “ventajas” frente a otros sectores como la no aplicación de la actual reforma laboral para mejorar sus condiciones y el cierre de miles de oficinas, ya que sólo en Bankia superará las 1.100
¿Cómo afecta todo esto al cliente?