Una de las medidas que acaba de anunciar el Gobierno para luchar contra la economía sumergida es la prohibición de las operaciones en efectivo por importes superiores a los 2.500 euros en las que intervenga un empresario profesional.
A partir de la aprobación de esta norma, autónomos y empresarios tendrán que realizar todos los pagos que superen los 2.500 euros por vía bancaria, es decir, por medio de transferencias, cheques o tarjetas. Esta medida, que se aplica en otros países europeos como Francia, Italia y Grecia, tiene como objetivo reducir el volumen de dinero negro en circulación. No es casualidad que sea en los países mediterráneos, famosos por su economía “informal”, en donde se haya puesto en marcha este tipo de medidas. Recordemos que estimaciones recientes de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) cifraban en un 21,5% del PIB el tamaño de la economía sumergida en España, todo un lujo considerando los problemas del Gobierno para cuadrar los presupuestos.
Mayores gastos en comisiones por servicios bancarios
Si bien esta medida tendrá, sin duda, efectos positivos para controlar el fraude y para dar más seguridad a las transacciones económicas, también tendrá algunos inconvenientes. El principal es que las operaciones bancarias asociadas a productos como cuentas corrientes, tarjetas de débito y tarjetas de crédito no suelen ser gratuitas, sino que implican el pago de comisiones.
Y esto es una mala noticia, sobre todo, porque algunas comisiones que cobran las entidades financieras están aumentando significativamente. En el caso de las comisiones por transferencias, y para entidades en la propia plaza financiera, la comisión mínima ha pasado de 3,20€ en marzo de 2011 a 4,53€ en marzo de 2012, lo que supone una espectacular subida del 41,6% en un año. Aunque de forma menos llamativa, también están aumentando las comisiones por el ingreso de cheques. Entre marzo de 2011 y 2012, la comisión mínima por el ingreso de cheques de entidades en la misma plaza ha aumentado desde 2,88€ hasta 2,94€, es decir, un 2,1%.
Por ello, a partir de la entrada en vigor de los límites de las operaciones en efectivo, habrá que comparar todavía más la oferta de las entidades para lograr minimizar el mayor coste de realizar un mayor número de transacciones por vía bancaria. El uso de comparadores nos ayudará a encontrar las mejores cuentas que nos permitirán ahorrarnos comisiones por transferencia y que nos permiten contratar tarjetas sin cuota anual.
Hay que tener presente que las entidades tienden a premiar a sus clientes más fieles eximiéndoles del pago de determinados servicios, y que en el mercado existen en la actualidad cuentas sin comisiones que nos permitirán, por ejemplo, realizar transferencias sin coste alguno. Estas promociones se extienden al ámbito de las tarjetas, que en ocasiones se ofrecen gratuitamente a cambio, eso sí, de un cierto grado de vinculación con la entidad por parte del cliente.