Hace mucho tiempo, Ben Graham me enseñó que el precio es lo que pagas y valor lo que obtienes. Hablando de calcetines o de acciones, me gusta comprar mercancía de calidad cuando está rebajada
Warren Buffet
En 1973 Warren Buffet, a través de Berkshire, invirtió en la Washington Post Company, pronto se hizo amigo de su presidenta y consejera delegada, Katharine Graham (que no tiene nada que ver con Ben Graham) y en 1975, poco después de formar parte del consejo de administración de esta empresa la escribió una carta, en ella la aconsejaba sobre cómo invertir el fondo de pensiones de la compañía. Una carta con casi 40 años después sigue de plena actualidad. Veamos que decía.
Si el rendimiento superior a la media es el criterio que va a seguir, la inmensa mayoría de los gestores de inversión fracasarán. ¿Tendrán éxito algunos gracias a la suerte o a su habilidad? Por supuesto. Durante un período intermedio de años unos pocos tendrán resultados superiores a la media gracias a la suerte como sería el caso si 1.000 «gestores de monedas» participasen en un concurso de lanzamiento de monedas. Habría algunos «ganadores» a lo largo de un ciclo de medición de lanzamientos. (aquellos que con sus habilidades proféticas confirmadas en el crisol del mercado, serían autores de ensayos pedantes sobre temas tales como las pensiones).
Además de los que se beneficiarían de la suerte a corto plazo, creo que unos pocos tendrían éxito, de manera modesta, por su habilidad. Podrían funcionar con una moneda que supieran que suele sacar cara, y apostarían por sacar cara cada vez, pero su histórico estadístico no se distinguiría del grupo que ha estado lanzando monedas indiscriminadamente y ha tenido suerte, hasta el momento.
Sería posible, si sabe bastante de inversiones y de la personalidad humana, hablar con un gestor que tenga un histórico decente y descubrir que está utilizando métodos que verdaderamente proporcionan una ventaja sobre otros inversores, y que parece probable que siga teniendo una posición de superioridad en el futuro. Para ello se debe ser un cliente sensato y estar bien informado, e incluso en tales circunstancias no se está exento de obstáculos.
Para los que empiezan, existe un enorme y obvio obstáculo. Estoy prácticamente seguro que el rendimiento superior a la media no puede mantenerse gestionando grandes sumas de dinero. Nos gusta pensar que 20 mil millones de dólares gestionados bajo un mismo techo producirán recursos financieros que pueden contratar a algunos de los talentos de inversión más eficaces del mundo. Después de todo, ¿no atraen las grandes sumas de dinero en Las Vegas a los artistas más eficaces a sus escenarios? Seguramente 50 millones de dólares anuales en honorarios de los 20 mil millones de activos administrados permitirán contar con una serie de especialistas del sector que estén atentos de los acontecimientos que afectan a las empresas de la competencia minuto a minuto, con economistas de altos vuelos para estudiar el movimiento de las mareas y con gestores de cartera decisivos para traducir esa gran cantidad de información en una acción de mercado apropiada.
En la calle hay otros 20 mil millones de dólares obteniendo las mismas entradas. Cada organización tiene su propio grupo de expertos colaborando con las mismas manos y todos han leído los mismos libros y consultado los mismos ordenadores. Asimismo, no se pueden mover 20 mil millones de dólares o cualquier fracción significativa fácilmente o con poco coste asociado, en particular, no cuando todos los ojos suelen centrarse en los mismos problemas y oportunidades de inversión del momento. Un aumento de los fondos gestionados reduce de forma drástica el número de oportunidades de inversión, dado que solo las empresas de muy gran tamaño pueden ser realmente útiles para llenar la cartera. Más dinero implica menos opciones, así como la restricción de esas opciones a la misma carta que se ofrece a otros con los mismos feroces apetitos financieros.
En resumen, las expectativas racionales de asegurarnos una gestión de los fondos de pensiones por encima de la media son prácticamente nulas.
El documento completo se puede leer en Fortune y si bien se centra en los problemas de delegar a gestión de un fondo de pensiones, la problemática no deja de ser la misma que la de gestionar nuestros ahorros, estas son las conclusiones que saco tras leerlo:
- Gran parte del éxto en la inversión se debe a la suerte
- Es casi imposible saber desde fuera si un inversor (o un método) debe su éxito a la suerte o al buen hacer
- Los inversores de éxito suelen acabar sacando libros y como hemos visto, muchos debe su éxito exclusivamente a la suerte y ésta es imposible aprenderla en un libro
- Tu inversión de unos pocos miles de euros tiene que competir con inversiones de miles de millones
- Los que tienen miles de millones de euros, tienen además gestores especializados, buenas herramientas y con frecuencia, la información útil antes que tu.
- Las cosas desde 1975 han cambiado mucho, ahora has de competir contra algoritmos y si un ordenador ganó a Kasparov immagínate lo que te hará a ti.
- Por tanto, lo más seguro es que palmes pasta en bolsa