¡Mira que cogemos cosas de los americanos! Se me ocurre por ejemplo la graduación: ¿tus padres se graduaron? y me descuidas, ¿tú te graduaste? Pues es que ahora uno se gradúa hasta en la escuela infantil!! “¡Bien! ¡Hemos aprendido a hablar!” que sí, que sí, que ningún padre/madre se sienta ofendido y menos los abuelos a los que seguro que se les cae la baba. Es todo un orgullo que tus hijos/nietos sepan hablar y hacer puzles e incluso juntar algunas letras, pero, ¿tanto como graduarse? A mi personalmente me parece una cosa muy de yanquilandia.
Otra cosa muy yankie que aparece en un montón de películas y que se hace aquí en alguna empresa es “El empleado del mes”. No se si habéis visto precisamente esa película que se llama así: “El empleado del mes” en la que cuando dos trabajadores de unos grandes almacenes se enteran que la dependienta más “cañón” de la tienda tendrá una cita con el que sea nombrado “empleado del mes”, ambos se pondrán manos a la obra para conseguir el preciado trofeo.
Incluso desde pequeños ya les inculcan esta idea. Hay un capítulo de Bob Esponja dedicado a esto en el que Don Cangrejo dar el premio al empleado del mes para que sus empleados trabajen tiempo extra y dediquen más esfuerzo sin pagarles ni un céntimo más. Calamardo entra a la competición y la rivalidad con Bob Esponja será tan fuerte que harán tremendos estragos.
Como vemos, en cualquiera de los dos casos la competición está en juego. La pregunta que yo me hago es: ¿se llega también a la competitividad o se queda sólo en competencia? Está claro que lo que debería primar es la eficacia, eficiciencia, actitud…. y no al más pelota o chivato.