En los años previos a la crisis económica eran habituales las situaciones en que los candidatos que optaban a un empleo añadían a sus funciones de la carrera laboral tareas que estaban por encima del puesto desempeñado, elevaban a la categoría de master o posgrado titulaciones que no lo eran, o decían ganar más dinero del que realmente percibían.
Actualmente, a pesar de tener una licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas, un máster en Administración y Dirección de Empresas, dominar el inglés, tener amplios conocimientos informáticos y una experiencia de 5 años en comunicación, el curriculum de Elena (nombre ficticio) adelgaza a medida que pasan los meses sin encontrar trabajo. Ella, como muchas otras personas, ha comprobado que su amplia cualificación puede jugar en su contra a la hora de encontrar un trabajo y por ese motivo, se ha decidido a hacer un curriculum B para poder acceder a más puestos.