Para muchos Españoles esta semana tiene 4 días. Algo que para nosotros es una excepción se ha debatido como norma para combatir el paro, por ejemplo Malasia lo propuso hace 3 años. En Gambia han ido más lejos y más allá de estudiarlo, los trabajadores del sector público entrarán a las 8:00 horas y saldrán a las 18:00 horas de lunes a jueves. Seguirán teniendo una semana laboral de 40 horas, pero disfrutarán del lujo de contar con los viernes libres.
En los oscuros días del siglo XIX, muchos trabajadores de las naciones industrializadas se consideraban a sí mismos afortunados si tenían el domingo libre. El logro de la semana laboral de 40 horas con los fines de semana libres para muchos fue un punto de referencia para el movimiento obrero.
Aunque algunos han intentado ir más lejos.
En EEUU lo probaron sin suerte en varios estados, fue bastante sonado cuando en 2008, unos 17.000 funcionarios de Utah pasaron a hacer 4 jornadas de 10 horas al día en un intento por reducir costes. El experimento no duró: se volvió a reinstaurar la semana de cinco días en 2011.
La semana de cuatro días también es popular en los Países Bajos, donde uno de cada tres hombres o trabajan a jornada parcial o trabajan 40 horas en cuatro días. En el Reino Unido algunas profesiones, periodistas entre otras, con frecuencia trabajaban una semana de 40 horas con jornadas más largas.
A pesar de las empresas que ofrecen jornadas intensivas, acuerdos de jornada flexible o trabajo por turnos, la jornada de nueve a cinco de cinco días a la semana sigue siendo la manera habitual de ganarse la vida en gran parte de Occidente.
Pero, ¿podría la semana de cuatro días expandirse más?
Para intentar resolverlo, vamos a mirar a uno de los sectores que más rápido se mueven, el de Internet.
Por ejemplo, empresas como 37signals (aplicaciones Web) o Slingshot (optimización en buscadores) tienen horarios de 8:00 horas a 18:00 horas de lunes a jueves. No estamos hablando de Google pero son empresas jóvenes de gran crecimiento, que quizás puedan animar a otras.
Veamos que opina el CEO de Slingshot.
Todo ocurre tan deprisa en nuestro sector, que pensamos que es importante tener los viernes para recargar las pilas. Los llamamos los días de investigación. Proporcionan la oportunidad de hacer cosas, quizás realizar una investigación independiente o pasar tiempo con sus familias
Como consecuencia de ello, consideran que el tiempo que se pasa en la oficina es más productivo.
Los lunes por la mañana la gente no está tan atontada, empiezan con buen pie. Tenemos plazos muy ajustados, colaboran mucho, intentamos sacar el máximo partido posible a los días. Los clientes no lo consideran un problema, en la medida en que la empresa, que tiene 85 trabajadores, cumpla y la gente esté preparada para trabajar en casos de urgencia. La semana de cuatro días es un verdadero gancho para contratar.
Los defensores de la semana más corta argumentan que la producción cae mucho menos de lo esperado y que los beneficios no se circunscriben únicamente a la cuestión económica.
También existen razones medioambientales y sociales para que la jornada laboral no únicamente se intensificase, sino que se redujera significativamente, ya que si trabajásemos menos, habría más trabajos y redundaría en beneficio de la gente reduciendo el desempleo. También contribuiría a que la gente redujese el ritmo, estamos sometidos a una gran presión para ir a un paso muy rápido.
La idea puede parecer radical, pero en 1930, el economista John Maynard Keynes concibió que trabajaríamos una semana de 15 horas a principios del siglo XXI, considerando que sería suficiente para cubrir nuestras necesidades materiales. Claro que quizás la culpa sea de que nuestras necesidades materiales no son las mismas ahora que hace 80 años.
Así que aprovechando que hoy muchos tendréis un mini-síndrome post-vacacional me gustaría plantear el debate. ¿Trabajaríais un día menos a la semana a cambio de una pequeña reducción de sueldo? ¿Y si es a cambio de trabajar más cada día? ¿Podría ayudar a reducir el paro?