Normalmente vamos corriendo a todos los sitios. Hay muchas cosas que hacer y no se puede perder el tiempo. Tanto en la vida personal como profesional tratamos de optimizar al máximo ese valioso tiempo. En las oficinas se suele oír mucho eso de: “no me da tiempo” ó “estoy muy estresado”.
No siempre es así. Hay muchas personas que se aburren en su trabajo. Los motivos más comunes son:
- La falta de motivación. Esto conlleva a que los empleados sientan apatía por realizar las actividades competentes a su puesto de trabajo.
- La monotonía de las actividades laborales también influye en la falta de interés por la realización de las mismas.
- Realizar un trabajo que no se relaciona con el área de estudio.
- La falta de trabajo en sí. Ya se que suena a utopía, pero es cierto, muchas personas no tienen trabajo suficiente para cubrir sus 8 horas de jornada, sobre todo en verano, lo que también produce aburrimiento.
Es lo que se conoce como el síndrome boreout. Es un síndrome laboral que padecen el 33% de los empleados y confiesan que su trabajo les aburre por cualquiera de los motivos anteriores. Estos trabajadores suelen pasar el día llamando por teléfono, actualizando sus redes sociales, mirando cosas por internet o jugando a diferentes juegos. No es que no hagan su trabajo, lo hacen, pero muy lentamente. Fingen estar ocupados con otras cosas para dejar su verdadero trabajo para después.