Las materias primas han sido los grandes perjudicados en los últimos años. El oro se ha reducido más del 40%, la plata en un 70%, el cobre se ha perdido un 45%, el petróleo lleva un 55%. El Bloomberg Commodity Index se ha reducido un 60% desde su máximo de 2008 y este año lleva acumula un rendimiento negativo del 15,35%, mientras que el S&P500 se ha dejado un 8,6%. Durante este año únicamente se dos productos básicos se salvan de la quema y suman rentabilidades positivas, el cacao y el algodón. En el otro lado de la balanza, las commodities más perdedoras del año son el níquel, el café, el trigo y el azúcar que muestran descensos superiores al 20%.
La demanda de commodities ha sufrido debido un duro revés debido a que el crecimiento mundial se ha desacelerado, en particular el avance de China y otros emergentes mercados, junto con el pobre rendimiento de la mayoría economías desarrolladas. Después de crecer más del 10% en 2010, China se ha desacelerado de manera constante. Incluso suponiendo cifras oficiales son una representación exacta de la situación de la economía, la expectativa es que el crecimiento caerá a cerca de 6,5% en 2017. En el caso de Brasil creció más del 7% en 2010 y este año se espera que la economía se contraiga en más del 1%. Turquía ha desacelerado su crecimiento desde el 9,2% a alrededor de 3%, mientras que el crecimiento en Rusia ha bajado de alrededor del 5% en 2010 a una contracción prevista del 3,5% para este año.
La desaceleración del crecimiento global también se asocia a una dura caída en las expectativas de inflación. Por ejemplo, En Estados Unidos, las expectativas de inflación a 10 años se encuentran al 1,50%, cerca de los mínimos de enero. Las materias primas son vistas como una cobertura contra la inflación, lo que ha llevado a un frenazo de demanda de los inversores. Además, los productos básicos han estado luchando bajo el peso de un dólar más fuerte, una tendencia que probablemente continuará en el largo plazo debido a que por lo general, los mercados alcistas del dólar suelen durar de seis a siete años.
Asimismo, por el lado de la oferta también ha habido un reto importante, en especial para la energía. Dado que los productores de esquisto han mejorado sustancialmente la eficiencia, los costes en los procesos productivos han descendido, favoreciendo la producción del petroleo. Hoy en día, los Estados Unidos producen aproximadamente 300.000 barriles por día (bpd) más que hace un año. Al mismo tiempo, siguiendo el acuerdo nuclear tentativo con Irán, muchos estados del Golfo están aumentando su propia producción en lo que parece ser un esfuerzo un tanto desesperado por mantener la cuota de mercado.
En todo este escenario encontramos una gran curiosidad y es una gran divergencia entre la evolución del S&P500 y el selectivo Bloomberg Commodity Index, que tiene como punto de partida el año 2012. Este patrón muestra una gran similitud al que se desarrolló en desde finales de 1997 hasta principio de 1999. En ambos casos, el gran tramo alcista desarrollado por el selectivo bursátil estadounidense estuvo acompañado por un descenso generalizado en el mercado de materias primas, condicionado especialmente por la apreciación del dólar. Ya en el año 1999, la cotización de las materias primas empezó ha incrementarse y justo en ese punto se empezó a formar el techo de la burbuja punto.com ¿Ocurrirá lo mismo está vez?