El concepto verdad ha traído de cabeza a filósofos y pensadores de todos los tiempos ya que no es fácil dilucidar algo que es tan difícil de demostrar y que está tan influido por la subjetividad de cada uno. Uno de los aspectos más puñeteros de la verdad es que a veces algo es cierto para uno solo pero es falso para un conjunto lo que provoca muchos problemas éticos. Por ejemplo, si yo me cuelo en un tren y no pago puedo tener la certeza que eso me beneficia a mi que me ahorro un dinero pero no perjudica a la compañía ferroviaria ya que mi peso no influye en sus costes pero si todos hacemos lo mismo sí que dañaríamos la viabilidad del servicio. Del mismo modo comprar una vivienda en 2006 teniendo un trabajo fijo y pagando de letra la misma cantidad que se abonaría de alquiler puede haber sido una correcta decisión financiera personal pero nefasta si la hacen un millón de españoles puesto que el endeudamiento resulta excesivo para el conjunto de la sociedad. Esa relatividad de la verdad la vemos constantemente con los datos económicos. Hay 3 datos de los que se presume últimamente en España:
- El PIB total, a pesar de tanta crisis, es similar –euro más, euro menos- al de finales de 2007
- Somos mucho más productivos
- Somos más competitivos y eso hará que el sector exterior español lidere la salida de la recesión