Me da igual caer mal por esta opinión que dejo aquí hoy, pero es el sentir de muchos españoles cuando se habla de la reestructuración de las cajas de ahorros, de cómo han cerrado 4.587 oficinas y reducido sus plantillas en 23.450 empleados desde el inicio de la crisis y de lo que les viene encima ahora.
No me da pena el empleado de banca porque mientras mi médico de cabecera, el maestro de mi hija o el guardia civil que está en el control de alcoholemia el día de fin de año no va a tener paga extra, los empleados de banca sí que la van a tener, y en muchos casos dos extras en el mes de diciembre.
¿Qué ha hecho mi médico de cabecera para provocar la crisis actual? ¿Y su empresa? ¿Qué ha hecho el empleado de banca? ¿Y su empresa?
¿Por qué no pagan los españoles de igual manera sus responsabilidades y las de sus empresas?
Un porcentaje muy elevado de los empleados de bancos y de cajas tienen más de 16 pagas al año, 18 pagas o incluso en el algún caso, 24 pagas. ¿Les han quitado la extra?
Ahora veo incluso que se manifiestan porque la UE pide reducir más las plantillas de las cajas capitalizadas lo que supone más de 5.000 empleados a la calle. ¿Alguien se escandaliza por los despidos de Roca de los últimos días (486 empleados) o por los 50.000 autónomos perdidos en el último año en España? ¿Por qué me voy a escandalizar yo porque echen a la calle a 5.000 empleados de las empresas que han provocado la crisis actual? Y ya no solo escandalizar, es que ¿por qué me va a importar algo?
Hubo un tiempo no muy lejano, donde ir a una caja de ahorros de la región que fuese era tener que coger número cual supermercado y cuando te atendía el cajero de turno, cual funcionario tan criticado en este país, poco menos que le debías la sangre. Ahora, cual borregos, salen a la calle a buscar negocio y poco menos que te lo pagan ‘en carnes’.
Cada vez que veo a afectados por las participaciones preferentes me hierve la sangre sabiendo que no han sido los directores generales ni presidentes de las entidades financieras los que se las ‘han colocado’ a un anciano, sino que han sido los empleados de esta y aquella sucursal y que ahora se escudan en que recibían órdenes de sus jefes. ¿Y si les hubiesen mandado tirarse por un puente? En mi vida siempre he tenido que ser responsable de lo que he hecho en mi trabajo y de las consecuencias que ello tenía para mi empresa y si algo consideraba que no era del todo claro o legal, o bien lo hacía saber o bien me negaba a hacerlo con las consecuencias que ello acarrease. Pero dormí tranquilo siempre.
Cierto es que no es bueno generalizar, pero sin riesgo a equivocarme en nada, cualquier ciudadano considera que echar a más de 5.000 empleados de las cajas de ahorros quebradas a la calle es algo, no de lo que alegrarse, pero si de lo que no preocuparse, cuando también están echando a la calle todos los días a empleados de otras empresas que no han tenido nada que ver con la crisis financiera pero han tenido que cerrar.
Los sindicatos de las cajas que están amenazadas de despidos se rasgan las vestiduras y preparan las movilizaciones, ¿para defender a quién? ¿a algún director que cobró su bonus por colocar las preferentes y se fue de vacaciones con ese premio a los Estados Unidos mientras algunos afectados ahora están viviendo en los cajeros automáticos en señal de protesta por el timo que han sufrido?
Lo siento, pero a mi modo de ver, desde la cabeza visible hasta el último empleado de estas cajas de ahorros debería de responder de lo que han hecho cada cual en su medida y luego tendrán el derecho a defender sus puestos de trabajo como cualquier ciudadano.
José Luis del Campo Villares, colaborador de iAhorro