No se os habéis enterado, pero ayer dimitió el Papa. Como leí una vez por ahí, “Dimitir” no es un nombre griego, de hecho es un verbo bastante usado por ahí, sin ir más lejos, ayer mismo la ministra de Educación alemana presentará su dimisión tras las acusaciones de plagio de su tesis doctoral, esto es algo que vemos mucho en Japón, algo en Europa y nada en España. Hoy vamos a centrarnos en grandes dimisiones del sistema financiero, la mayoría hechas con luz, taquigrafos y alguna carta a la redacción de importantes periódicos.
Comenzamos con Jake DeSantis, un vicepresidente de la rescatada AIG que renunció en una carta pública en la que acusaba de traición a la empresa y los políticos, pese a que recibió una prima de 742,000 dólares los destinó a obras de caridad.
“Los miembros del departamento de productos financieros hemos sido traicionados por AIG y estamos siendo injustamente perseguidos por los políticos electos”
La mayoría de sus empleados de la unidad de servicios financieros no tienen nada que ver con las grandes pérdidas