Cuando se habla de los peligros del el Gran colisionador de hadrones (LHC) del CERN, se acaba hablando de agujeros negros, antimateria e incluso viajes en el tiempo y claro, aquí uno se acuerda de los líos en los que se metió Marty McFly por ligarse a su madre antes de que naciera. Afortunadamente, con el boson de Higgs, ese del que muchos hablan pero muy pocos entienden se evitaría esa paradoja. Esto escribían en Muy Interesante hace un par de años.
Debido a que el tiempo del viaje se limita a estas partículas especiales, no es posible que un hombre viaje en el tiempo para asesinar a sus padres antes de que él mismo nazca, por ejemplo. Sin embargo, si los científicos pudieran controlar la producción de singletes de Higgs, podrían ser capaces de enviar mensajes al pasado o al futuro
No me he enterado de nada, pero me alivia saber que si viajo en el tiempo y la lío, seguiré naciendo.
En euribor.com.es somos mucho más terrenales y el único viaje en el tiempo que nos interesa es el de llegar a fin de mes, así que mi pregunta es ¿Cómo afecta el CERN a las finanzas mundiales? .
Por muy raro que suene, la gente más demandad en el mundo financiero (concretamente de las finanzas cuantitativas) provienen de ahí. De hecho, Goldman Sachs acaba de contratar a uno de ellos.
Ryan Buckingham, un físico de partículas con un doctorado de la Universidad de Oxford, pasó tres años y medio en el CERN antes de unirse a Goldman Sachs en Londres. El CERN es el lugar donde se encuentran los mejores doctores en ciencias físicas y de la informática, trabajar en el CERN es un paso más allá respecto a tener cualquier doctorado tradicional. Hay un montón de personas que tienen títulos de doctorado, pero se sabe que si alguien ha trabajado en el CERN es seguro que es muy bueno.
Buckingham no es el único antiguo alumno del CERN que trabaja en las finanzas. Alexey Afonin, vicepresidente de estrategia y modelos de Morgan Stanley también trabajó allí. Al igual que Anne Richards, jefa de inversiones de Aberdeen Asset Management. Igual que Nikolaos Prezas, investigador cuantitativo de JP Morgan y muchos otros. Son muchos los que empiezan a trabajar en el CERN al principio de su carrera pasa después al mundo de las finanzas.
Si nos vamos a la sección de ofertas de trabajo de la web del CERN, a uno le cuesta mucho imaginarse por qué cualquiera querría irse de allí, más si lo tuyo es la física. Sin embargo, un antiguo empleado de CERN que acabó trabajando en un banco de inversión no opina lo mismo, veamos que cuenta
El CERN puede ser un lugar muy interesante para trabajar con una gran cantidad de diversidad cultural, pero también es muy político y muy burocrático. Básicamente, eres un funcionario internacional de alto nivel. Y muchos de los puestos de trabajo son muy aburridos
El gran inconveniente de trabajar para el CERN es que la mayoría de las personas trabajan con contratos a corto plazo que duran como máximo cinco años. A partir de entonces, los empleados del CERN deben solicitar un muy codiciado «contrato indefinido». Pocos lo consiguen.
Al parecer, muchos de antiguos empleados del CERN se iban a la banca porque ya habían cumplido el plazo dentro del colisionador y necesitaban algo que hacer cuando no era posible conseguir el contrato indefinido y otros, simplemente por las mayores ofertas que reciben en Wall Street.
¿A dónde quiero llegar con todo esto?. Para ello cito un artículo que publicamos hace año y medio.
Robert Harris, el autor del libro “The Fear Index”, comentaba que hace poco estuvo observando un sistema algorítmico en Ginebra de una operación de fondos de riesgo en la Bolsa de Valores de Nueva York. El ordenador había seleccionado las acciones con las que quería operar. Se comunicaba con el sistema informático del broker en Estados Unidos, que, en cambio, se comunicaba con el intercambio informático que facilitaba la operación. No había ningún humano implicado.
En los 20 minutos que estuvo observando, la máquina había conseguido unos beneficios de 1,5 millones de dólares. Este fondo de riesgo había conseguido un retorno sobre la inversión para sus inversores de más de un 80 por ciento durante los últimos tres años, en un momento en el cual la mayoría de nosotros veíamos como el valor de nuestras pensiones y fondos bajaban en un mercado a la baja.
Creo que el ejemplo del CERN simboliza perfectamente uno de los mayores males de Europa y España, ese monstruo de Comisiones y Parlamentos incapaz de retener a las grandes mentes que tanto nos han costado formar, que para más ironía acaban creando los peligrosos productos financieros que nos han traído a donde estamos. Quizás este se trate de un caso extremo pero vemos que es un mal común en el viejo continente, tanto por las políticas aplicadas en España como por la burocracia del CERN.