Una de las peores noticias del año pasado y a la que nadie le dio excesiva importancia fue la venta de Banco Valencia –entidad 13 veces más pequeña que Bankia por volumen de activos-, propiedad estatal que nos costó sanear 7 mil millones de €, por 1 €. Mucha gente está indignada porque siga existiendo el Senado, las diputaciones, las dietas de los diputados que encima viajan en preferente en los aviones… y todo eso junto no suma el coste de esta pequeña entidad financiera cuyo penúltimo propietario fue Bancaja. Y lo peor es que aún es una cantidad pequeña para lo que aún podemos perder todos los españoles. No paro de darle vueltas a una tabla que colgué en uno de mis últimos artículos del año pasado y que realizo el Servicio de Estudios de La Caixa:
Tirando por lo bajo –ahora lo sé- yo había calculado que el coste total de la reestructuración financiera española desde que empezó la crisis (sumando todas las inyecciones de capital desde la intervención de CCM, las condiciones ventajosas ofrecidas a los compradores de CAM y Banco Valencia, el coste de la deuda emitida para dar esas ayudas y restando de ese total lo obtenido por el programa de compra de activos y las comisiones cobradas por proporcionar el aval del estado a emisiones de deuda de muchas entidades) era de unos 55 mil millones de €. Sin embargo, ya se habla de 60 mil millones de € sólo con las 4 grandes intervenidas del FROB. Son 10 billones de pesetas sin incluir lo ya perdido y lo que se perderá en ayudas a otras cajas más pequeñas.
Y le doy vueltas porque los 7 mil millones –que seguramente sean más– de € de Banco Valencia ya se han ido pero, ¿Nos tenemos que conformar con perder los otros 53 mil ahora que el estado posee varias entidades saneadas y bien capitalizadas? Según parece el gobierno quiere arriesgarse con Bankia y tenerla en cartera entre 2 y 4 años antes de pensar en deshacerse de ella pero tiene previsto vender cuanto antes las antiguas caixas de Catalunya y Galicia. Y a ellas se han unido otras cajas que sólo en el último rescate han recibido 1.900 millones del erario. Todo esto es quizás el peor ejemplo de mala gestión de nuestros políticos, responsables últimos no sólo de la mala gestión de todas estas entidades públicas, también de que nadie se haga responsable de ello. Para colmo respecto a este tema, además de las mentiras famosas (“no va a costar dinero público, esta reestructuración es la definitiva etc.”) hay un cierto ocultismo. Por ejemplo, el FROB reconoce que antes de la última ayuda el valor de Bankia era de -10.444 millones, el de Catalunya Banc era de -6.674 millones y el de NCG Banco de -3.091 millones luego podemos deducir que ese era el coste de liquidar las 3 entidades, menor que los 17.960, 9.080 y 5.425 que nos ha tenido que prestar Europa para ellas. Entonces, ¿por qué no se hizo? Puede que sea por salvar los puestos de trabajo, por prestigio, por no agotar el FGD… pero no es algo que yo deba suponer, es el gobierno el que debe explicarlo porque parece claro que de liquidarse, parte de las pérdidas no las asumiría el contribuyente sino los acreedores.
Pero volviendo a los costes, parece que hay 3 opciones para minimizarlos lo más posible:
a) La postura del gobierno: vender cuanto antes Catalunya, Galicia y el resto de entidades pequeñas y arriesgarse unos años con Bankia antes de venderla. De este modo se da por hecho que, por muy bien que le vayan las cosas a Bankia, el 70-75% del total de lo gastado se perderá. Tiene otro problema, que este limbo en el que algunas entidades se quieren subastar pero, como no hay ofertas en la actualidad, quedan en suspenso (¿BMN, Liberbank?), desconciertan a los clientes y puede aumentar la retirada de fondos.
b) Unir todas las entidades nacionalizadas y crear un enorme banco público que, según parece tras las inyecciones del FROB y la compra de activos problemáticos que hará la Sareb, será una entidad saneada y bien capitalizada. Dependiendo del tiempo, se podría recuperar –vía beneficios y/o posterior privatización- si va bien al menos el 50% de lo ya invertido. A favor de esta opción está el que todas juntas cubrirían toda España sin apenas hacerse competencia, el negocio bancario suele ser muy rentable y sus mayores peligros están limitados ya que la fuga de depósitos no se producirá en un banco garantizado por el estado, la estructura será más barata porque así lo ha impuesto Europa, y las inversiones no podrán ser peligrosas ya que estarán supervisadas por el BCE. Por contra, si la cosa va mal y, como ha pasado otras veces, los stress test de Oliver Wyman fueron demasiado optimistas y la economía sigue empeorando, puede que se necesite aún más capital y aumenten las pérdidas para el erario. Además, dejar lo que sería el mayor banco de España en manos de políticos tras ser ellos los responsables del agujero de la mayoría de cajas de ahorros en uno de los pocos países del mundo en el que la banca privada no ha necesitado ayudas directas del estado –lo que destaca aún más la comparación- da miedo.
c) Vender cuanto antes todo y acabar de una vez con la reestructuración financiera, esa que el gobierno y sus acólitos se empeñan en decir que se está culminando cuando lo único que está ocurriendo es que el estado está asumiendo todo el riesgo endeudándose aún más para ello. Lo positivo es que no habría nuevas pérdidas ya que no existirían bancos –excepto el ICO- por los que tenga que responder el estado como dueño pero supondría asumir fácil la pérdida definitiva del 90% de todo lo ya gastado.
¿Con cual de las 3 os quedaríais vosotros?