En este artículo trataré de analizar algunas de las expresiones y frases de los representantes de nuestros banqueros, la AEB, descontextualizadas pero tratando de elegirlas sin tergiversar su sentido, para con ello criticar o alabar el esfuerzo de comunicación de éstos en la crisis económica actual.
En un momento en que la ciudadanía se enfrenta a desagradables recortes del Estado del Bienestar, buena parte debidos al desajuste entre ingresos y gastos públicos, ciertamente, pero también a los costes del mil millonario rescate bancario, además de a una falta de crédito que impide cualquier atisbo de recuperación económica, por no hablar de inventos como el ‘banco malo’, creados para hacer lo contrario de lo que se anuncia, es muy relevante lo que dicen los banqueros sobre ello.
Nadie tiene la verdad absoluta, sin duda. Y muy pocos elegidos conocen en realidad lo que está pasando en España y su sistema financiero. Desde luego, la transparencia informativa en un tema que está costando miles de millones de euros, que pagaremos los contribuyentes en buena medida, brilla por su ausencia. Algo que, cuando hablamos de ingentes cantidades de dinero que no se destinan a empresas y proyectos más simpáticos, supone una vulneración de los principios democráticos y de mercado en toda regla.
Nota de prensa de la AEB de 15/01/2009
En suma, Martín reclamó para los bancos españoles “transparencia e igualdad competitiva dentro y fuera de nuestras fronteras. Si las reglas de juego sobre el nivel de capital o liquidez se cambian, que se haga oficialmente, con luz y taquígrafos, para todos igual”.
Si se cumplen esas condiciones, el presidente de la AEB aseguró que los bancos españoles “sabrán hacer frente a su responsabilidad de gestionar, en la parte que les concierte, es decir, la concesión de crédito, la recesión profunda de la economía española. Y lo harán asignando los recursos disponibles de forma eficaz, es decir, eligiendo los mejores prestatarios, y eficiente, es decir, al menor coste posible”.
Nos comenta Miguel Martín que la banca española quiere competir en igualdad de condiciones con la europea, en referencia a los requisitos de solvencia exigidos a las entidades financieras dentro y fuera de España. En román paladín, que se pida la misma caja para hacer frente a problemas financieros a todos los bancos de la Unión. Sin querer entrar demasiado en esta primera petición, recordarle al representante de los bancos españoles, un poco a destiempo, lo confieso, que hay que tratar igual a los iguales, pero diferentes a los diferentes. Un sistema bancario español que ha propiciado y sufrido una burbuja inmobiliaria, concediendo financiación irresponsable, puede tener que demostrar más solvencia que otro de un país sin este tipo de actuaciones. Otra cosa es que realmente nadie sepa en realidad cómo están los bancos alemanes, por mencionar un país que saca pecho siempre que puede.
La segunda parte del fragmento de la nota de prensa del año 2009 me interesa más. Si los requisitos de solvencia son para todos iguales, los bancos “gestionarán la recesión profunda de la economía española”. En primer lugar, sería más interesante que ayudarán con el crédito responsable a salir de la crisis, más que gestionarla. Pero seamos benévolos y entendamos que está implícito este punto, si bien, tal vez, pequemos de crédulos o confiados.
Las siguientes declaraciones de años posteriores van de ensalzar las supuestas fortalezas de la banca española, a quejarse de los crecientes desembolsos en el unificado Fondo de Garantía de Depósitos o las críticas a la política europea de aumentar los ratios de solvencia de la banca.
Nota de prensa de la AEB de 09/03/2012
El código de buenas prácticas en materia hipotecaria ha sido una normativa en la buena dirección, ya que posibilita herramientas para reestructurar la deuda hipotecaria, con un pequeño problema: el umbral de exclusión que marca no permite acogerse a él a la gran mayoría de familias afectadas por el impago de su hipoteca.
La nota de prensa de la patronal de banca decía:
- Los bancos españoles tienen la mejor disposición para adoptar el Código de Buenas Prácticas aprobado hoy por el Gobierno. Los bancos ya venían llevando a cabo numerosas actuaciones para paliar en lo posible la situación de aquellos clientes en mayor necesidad.
- Hay que resaltar que las entidades bancarias están teniendo que asumir funciones contra la exclusión social que corresponden a las Administraciones Públicas.
- Una política eficaz para combatir la exclusión social debe basarse, sobre todo, en atacar sus causas y no solo en paliar sus efectos.
Un ejercicio magnífico de hipocresía, a mi humilde entender. Los bancos han adoptado de forma masiva el código porque apenas les supone sacrificios, al aplicarse a un número tan limitado de casos. Tildadme de malpensado, pero yo diría que este tipo de normas las escriben las asesorías jurídicas de los grandes bancos y las adopta nuestro legislador sumiso. Los bancos no han aplicado, como dice la nota, numerosas actuaciones para paliar la situación de los clientes, salvo que paliar se refiera a no pegarles con un palo. A día de hoy y con la Ley 1/2013 en la mano, siguen existiendo muy pocas soluciones para las familias que no pueden pagar la hipoteca.
Ya me parece que roza la ignominia lo de afirmar que asumen funciones contra la exclusión social que corresponden a las Administraciones. Si lo tienen tan claro, que añadan que las pérdidas de las entidades financieras no las han de sufragar las Administraciones Públicas (los contribuyentes, realmente) y les doy la razón. Los bancos echan a la calle sin contemplaciones a sus clientes, no a los que no quieren pagar, sino a los que no pueden. No tiene nada de función social dejarles seguir en sus hogares o renegociar sus deudas, más bien sería lo lógico en una relación sana empresa-cliente que pasa por dificultades.
Y dan un consejo, que se ataque las causas, no solo los efectos. Buena idea, la causa de la exclusión social es que los bancos no negocian y desalojan las familias. Como ellos recomiendan, ataquemos esta política nefasta de la banca.
Nota de prensa de 15/09/2012
Finalizaremos con una nota de traca, preludio de unas declaraciones esperpénticas de Miguel Martín en un desayuno organizado por el Foro Nueva Economía (no me invitan nuca a estos eventos, con lo buenos que deben estar los canapés de después), en las que afirmaba que la solución para proteger a las personas en peligro de perder su casa era “construir más casas y dar más crédito hipotecario, y no poner más trabas para que el crédito hipotecario no resurja cuando se necesite“. ¿Le pusieron Amazonas en el café?
Nos dicen en la nota, los lumbreras de la banca, a modo de queja de papel couché a raíz de la moratorio de 2 años en los desalojos de familias arruinadas de por vida y además en situaciones lamentables y muy limitadas:
La AEB tiene que hacer notar que el coste económico de las medidas acordadas corre exclusivamente a cargo de las entidades de crédito.
Adicionalmente, la AEB considera que es necesario hacer compatible la protección a estos colectivos sociales más débiles con un sistema y una legislación que permitan el acceso a una vivienda en propiedad a la mayoría de los ciudadanos. Por tanto, confía en que las reformas legales que se proyectan no perjudiquen la consecución de este objetivo.
Mire usted, el coste de no arrojar a la calle sus clientes durante dos años, en casas que igualmente no venderán, es mínimo. Es más. se lo cambio, yo pago este coste y ustedes no tienen acceso a la barra libre de liquidez del Banco Central Europeo, ¿les parece bien? Nuestros Gobernantes no negocian con la banca, les hacen el trabajo sucio. Y si les seguimos votandos, a los que lo hacen, unos y otros, lo seguirán haciendo.
No se debe “proteger a los colectivos más débiles”, se debe legislar para que haya un procedimiento concursal diseñado para personas físicas que pierden su vivienda habitual, que potencie la segunda oportunidad siempre que sea posible. Esta norma es posible, económicamente interesante para la sociedad y, en definitiva, más justa que lo que tenemos ahora.
No he sido capaz de encontrar ninguna declaración de un banquero que muestre empatía por sus clientes, como tampoco expresiones que nos dejen deducir que actúan guiados por la mejora de la economía española. Más bien tienen un tono de advertencia al Gobierno, cuando no de mensaje directo.
Los bancos son necesarios, pero no los banqueros que los manejan (que habrá de buenos y malos, pero no son imprescindibles ninguno de ellos). Una empresa que no es útil para la sociedad debería ser liquidada. Los bancos lo son, así que deberíamos darles cierta estabilidad. Pero los banqueros innecesarios, en sus casas y sin pensiones millonarias estarían mejor.
El problema es que lo mismo puedo decir de los partidos políticos, sindicatos y patronales. ¿Me explico?