Imaginemos que estás tranquilamente en el año 2006 en pleno boom de la economía mundial, tienes todos tus ahorros en bolsa y de tanta comilona que te metes, ya que tu bolsillo te lo permite, un día te da un patatús y te quedas en coma hasta hoy. Como si fuese la película Good Bye Lennin, te despiertas en la cama de tu habitación y a tu familia le dicen que no te convienen grandes shocks, así que hacen todo lo posible para que no te des cuenta de la situación económica actual, te dejan salir algo a la calle pero te impiden ver noticias económicas. ¿Cómo puedes saber si el país está o no en una recesión?. Algunas cosas pueden cantar mucho, como los locales cerrados, los hombre-anuncio de “compro oro” o los carteles de “Se vende” pero más allá, siempre tendremos señales menos obvias, pistas mas ocultas a tu alrededor.
Por mucho que se empeñe la familia en que no te des cuenta, siempre sabrás que algo va mal cuando….
#5. Las camareras están más guapas
Pides un café en una cafetería y te das cuenta de lo sorprendentemente atractiva que es la camarera. Por lo general, hablarías con ella para tener un momento agradable en tu rutina, pero hay algo raro. Miras alrededor, y todos los empleados son realmente guapos. ¿Qué está sucediendo? ¿Qué hora es? ¿Está ya borracho y se ha olvidado? No hay ningún motivo por el cual deba haber tanta belleza desperdiciada dando cafeína a los adictos.
Bueno, este fenómeno (asumiendo que aún no estás borracho) puede ser una indicación increíblemente fiable, sexista e incluso triste de lo mal que está la economía.
A esto se le denomina el “Hot waitress economic index” y viene a ser lo siguiente: En nuestra injusta sociedad, las jóvenes atractivas no suelen trabajar de camareras, puesto que pueden encontrar mejores trabajos, mejor pagados (no estamos diciendo que esto sea cierto, estamos diciendo que es una verdad estadística). Cuando la economía no va bien, la belleza no es tan válida como los conocimientos, y se despide igualmente a los guapos que a los feos, de modo que pasan temporalmente a un trabajo que no requiere alta cualificación pero a los que puedes acceder con facilidad si tienes una sonrisa bonita. Cuando la economía vuelve a subir, vuelven a trabajos mejor pagados.