Estos días estoy por Madrid y el panorama no es muy distinto del de Barcelona: si hace 5 años se notaba la crisis en los numerosos carteles de “se vende piso” ahora lo que más la denota son los de “se traspasa” y la cantidad de locales cerrados, incluso en “buenos” barrios. Es evidente que se ha pasado de una crisis inmobiliaria a una de consumo pero sin dejar de existir aquella si bien se nota a pie de calle no en pisos individuales sino en carteles de grandes promociones que no se colocan. Especialmente curioso me pareció ver –vacío y con grandes anuncios- un complejo de pisos con piscina de la inmobiliaria de Cataluña Caixa, recordando –también lo hizo Caja Madrid y muchas cajas- la torpeza en la gestión de quienes pretendieron ganar cuota de mercado fuera de su territorio financiando proyectos en el sector de la construcción olvidándose del básico principio de la diversificación. Y no deja de ser un buen resumen del problema financiero de la banca española: sigue atrapada en inversiones ruinosas y niega el crédito a las pymes porque debido al paro y al bajón del consumo, la morosidad no para de subir.
Hay quien ve como algo positivo que las entidades españolas cada vez deban menos dinero a BCE pero no lo es, lo empezaron a devolver a partir de que BCE dejara de retribuir la liquidez que le depositaban los bancos y lo siguen devolviendo porque no están dispuestos a arriesgarse a invertirlos en la economía real. Lo más que hacen es comprar activos financieros que son líquidos ya que son admitidos por BCE como colateral, básicamente deuda pública. Y cada vez se emite más deuda y cada vez nuestros bancos tienen más en sus carteras… de nuevo olvidándose del básico principio de la diversificación y es que, incluso a nivel global, se detecta que tras la burbuja de las .com y la inmobiliaria ahora estamos ante la de deuda, 3 en menos de 15 años y las dos últimas propiciadas y alimentadas por gobiernos y bancos centrales para intentar resolver la crisis precedente y llevando en esa vorágine de liquidez barata e irresponsable a situaciones tan absurdas como los máximos históricos de la bolsa alemana en plena recesión €zonera o que este país emita deuda en negativo cuando tiene muchísimo dinero invertido en países considerados de alto riesgo por su baja solvencia.
Y es un proceso que hemos podido seguir semana a semana y al que no avecino un buen fin y que, como ya pasó con el estallido de la burbuja inmobiliaria (que empezó ya en 2006 a pesar de la tranquilidad y pasividad de inversores y bancos centrales que lo ignoraron hasta finales de 2007), ya ha dado suficientes pistas: Grecia hizo una quita de deuda pública, Chipre la hizo de depósitos, España la ha hecho con clientes bancarios que compraron productos de inversión para institucionales vendidos a minoristas, estalló la burbuja Apple que era el valor bursátil con mayor capitalización del mundo, la del oro, la de muchas materias primas avisando de la ralentización del crecimiento económico global del que parece haberse enterado ahora el FMI con sus previsiones para 2014, los tipos mínimos a los que se ha financiado estos años el Tesoro norteamericano han quedado atrás… pero hay índices bursátiles en máximos históricos gracias, en este último impulso, a discursos de banqueros centrales, ni siquiera por decisiones de los consejos de esos bancos centrales.
Y sin embargo, muchos niegan que exista una burbuja, que todo este tinglado no esté fundamentado en unos pies de barro tan poco firmes como lo eran en 2007 y su lógica tiene cierto sentido: si con la crisis que tenemos encima los inversores compran acciones a estos precios, a poco que la economía mejore aún subirán más. Y ojalá acierten pero si de verdad la economía va a mejorar, ¿por qué no suben los precios de las materias primas, por qué la llamada a ser primera potencia económica –China- cada vez crece menos? Para mi esa divergencia es muy descriptiva del divorcio entre bolsa y economía real, divorcio que gracias o por culpa de los bancos centrales puede prolongarse o no, aún más en el tiempo pero no olvidemos que incluso acertando en las previsiones optimistas respecto a la economía, ésta puede mejorar y que la bolsa baje porque se corte el flujo de liquidez barata actual, principal causa de la actual tendencia.
Volviendo a España, un apunte que creo necesario: la torpeza de Guindos y de los medios afines al actual gobierno de identificar prima de riesgo a la baja y subida de la bolsa española como mayor confianza en España (por ejemplo aquí) se les vuelve en contra cuando el Ibex flaquea y la rentabilidad de la deuda sube. No caigamos en lo mismo, es un error identificar la fortaleza económica de un país basándose en algo tan volátil como las cotizaciones. 2010, 2011 y el primer semestre de 2012 fueron desastrosos para bolsa y prima de riesgo hispana y sin embargo económicamente ni la creación de empleo ni el PIB alcanzaron los negativos niveles del segundo semestre de 2012 que fueron espectacularmente positivos para Ibex y prima de riesgo (por el famoso discurso de Draghi cuyo aniversario se cumple este mes). Ahora un corrupto como Bárcenas, la crisis política lusa o una reforma eléctrica pueden dañar esos indicadores de “confianza” y sin embargo podríamos mejorar económicamente. Por qué no, cosas más raras han pasado.