No estoy a favor de lo que dicen que se avergüenzan de ser españoles por las cosas que pasan en nuestro país, creo que por un lado nos encanta auto-fustigarnos y por otro desconocemos lo que se cuece en otras naciones en las que ocurren cosas iguales o peores. En los EUA por ejemplo su presidente espía a todos impunemente, tiene operativo un campo de concentración que prometió cerrar hace 5 años y entre su oposición política hay senadores que son creacionistas y creen que el ser humano existe desde hace sólo 5 mil años… y es la primera potencia mundial. Muchos aspectos me decepcionan del ser humano y de la sociedad actual y sí, también de la española pero no creo que seamos peores que nadie. Sin embargo, es cierto que cuando el carácter contradictorio y cainita español se hace patente, dan ganas de emigrar a Marte. Baste como ejemplo la actitud de muchos ante la designación de la sede de los JJ.OO. de 2020.
Yo ya dije mis razones para estar en contra antes del sábado: creo que somos un país demasiado endeudado que debería o bien reducir deuda o bien invertir sólo en lo más importante como evitar la fuga de cerebros. Miles de millones en obras públicas no necesarias me recuerdan al plan E o al aeropuerto de Castellón y aún peor, porque su posible –y muy discutible- beneficio económico antes tenía que pasar por la arbitraria decisión de los miembros del COI. Lo que se llama una apuesta arriesgada con el dinero –o más bien la deuda- de todos. Además, me parecía incoherente que un gobierno que predica la austeridad tenga entre sus prioridades gastar un capital que no tiene en instalaciones deportivas y que un presidente que afirmó que los españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades no se de cuenta de que pretender organizar unos JJ.OO. con la mala situación de las finanzas públicas, es exactamente lo mismo. Me llovieron las críticas porque a la mayoría de los españoles les hacía mucha ilusión que Madrid fuera olímpica y sinceramente, el sábado por la noche lo sentí por ellos.
Pero de repente salió el espíritu cainita español reflejado sobre todo en tuiter: si hasta el sábado noche la mayoría quería los JJ.OO., tras el tercer rechazo consecutivo muchos que no habían dicho nada empezaron a criticar con saña a los que estaban a favor de la celebración de los JJ.OO. en Madrid, de repente daba la sensación que la mayoría de los españoles siempre habían estado en contra y, es más, que sabían que no iba a ser elegida y muchos se burlaron de los decepcionados. De nuevo España dividida por algo ajeno a nosotros, por un invento de los políticos y por unos medios de comunicación lamentables ejemplificados en la Razón que si hubiera ganado Madrid seguro hubiera dicho que fue gracias a Rajoy pero que como no fue así acusó en portada al COI de tongo (que por cierto, según la RAE significa dejarse ganar con lo que no tiene sentido). Para colmo, el domingo salieron unas encuestas de intención de voto y dicen que de celebrarse las generales ahora, el 72% del parlamento estaría ocupado por diputados del PP y del PSOE lo que por desgracia me reafirma en la idea de que no es cierto que a los españoles les preocupe la corrupción.
Dejando de lado el complicado carácter hispano, pasemos a los mercados que, tras una buena primera semana de mes, especialmente en el Ibex, continuó con la racha alcista apoyadas por el retraso –y posible solución diplomática- del inicio del ataque a Siria, consiguiendo el Nasdaq y el Ibex marcar nuevos máximos anuales. Lo cierto es que aún si eliminamos la amenaza de inestabilidad que supone el conflicto bélico en Siria de la ecuación, aún quedan argumentos para ser prudentes como la crisis política italiana, el “tápering”, las elecciones alemanas o la cercanía de los EUA a la llegada -de nuevo- al techo de deuda pero el precio manda y aunque ni el S&P500 ni el Dow Jones han roto los máximos históricos de comienzos de agosto, la tendencia alcista sigue fuerte.
La próxima semana la actualidad estará centrada en la decisión que tome la FED sobre si empezar ya a reducir –el “tápering”- sus programas de estímulo. Para hacernos una idea de la importancia que para los mercados puede tener esto, baste ver este gráfico que compara el aumento de tamaño del balance de la FED y la evolución de la bolsa norteamericana:
Mi opinión es que o bien retrasarán la decisión de reducir las compras de deuda o bien, caso de que empiecen a hacerlo ya, será de forma muy escalonada (¿reducir de 85 mil millones a 70 mil millones por mes de momento?) para intentar que no haya un crash bursátil. Otra cosa es que lo consigan, claro. Y un último apunte que no hay que dejar pasar desapercibido: estos días conoceremos la decisión del Tribunal Constitucional alemán sobre el programa OMT de BCE de compra de deuda soberana. Nadie espera que sea declarado anticonstitucional pero matizaciones en la sentencia y la posible influencia en la campaña electoral germana podrían ser tenidas en cuenta por los mercados.
Algunos Links.
- Informe mensual de Septiembre de La Caixa
- Informe mensual de estrategia de Septiembre – Banca March
- Los 20 países más exportadores del mundo
- El fracaso de las finanzas de libre mercado by Adair Turner
- Adiós al Nirvana en los emergentes
- El español es como el cerdo, se aprovecha de él hasta los andares
- El malogrado sueño americano by Carol Graham
- Las instituciones mundiales después de la crisis by Ngaire Woods
- Hilo de GRAFENO – el material del futuro
- BBVA Research: la recuperación económica llega a Europa y España