Estamos en una época en la que toca ajustarse el cinturón, y, para recortar gastos, los hábitos preferidos de los españoles son: cambiar a marcas de alimentos más económicas, reducir el ocio fuera de casa, gastar menos dinero en ropa nueva, reducir gastos de telefonía, gas y electricidad y demorar la sustitución de los principales artículos del hogar o la adquisición de tecnología moderna.
Una vez cubiertas las necesidades básicas, el destino más utilizado para el dinero sobrante es el ahorro, ya que con la crisis y la inseguridad laboral, los hogares se han vuelto más precavidos.
Sin duda, algo ha tenido que ver en este auge del ahorro los esfuerzos realizados por la banca con la intención de captar pasivo a diestro y siniestro, que parecen haber dado resultado. El número de solicitudes de productos de ahorro se ha incrementado y ya forma parte de la mente de muchos el hábito de buscar el producto que más se adapte a sus necesidades y que le ofrezca la mayor rentabilidad por su dinero.