El precio del oro estuvo subiendo desde 2006 hasta 2011 de una forma espectacular prácticamente cuadriplicando su precio, pasando de valer poco más de 500 USD la onza a casi 2.000 USD (recordar que una onza equivale a algo más de 31 gramos); a medida que iba subiendo se oían cada vez más voces “augurando” subidas ilimitadas (llegué a oír perspectivas de 5.000 USD/onza) y que en algunos casos, ahora ya menos, continúan, basándose en algunos argumentos que se consideraban dogma de fe, que sin embargo se pueden rebatir de forma muy simple:
- El oro es un valor refugio: Considero Valor refugio a un activo con poca volatilidad, que cubre de caídas en los mercados, optimizando el ratio rentabilidad/riesgo; evidentemente nada puede cuadriplicar su valor en 6 años sin riesgo.
- El oro es un bien limitado: Cierto, pero tampoco se pierde, es decir en muchos casos el oro utilizado es “reciclado”; lo que se comprueba con la decreciente demanda de oro por parte de la industria a las mineras (desde luego, su precio desorbitado actual también ayuda).
- Siempre habrá gente que compre oro: Desde luego el oro es un bien “de lujo” que ha tenido su demanda fiel, pero la cuestión es ¿a qué precio? y además nadie puede garantizar que las personas no cambien sus gustos.
- El oro siempre tendrá valor: Esto era válido cuando el dinero seguía un “patrón oro”, es decir cuando los billetes eran simples certificados de oro, algo que no sucede desde hace muchos años, pasando a ser como cualquier otro activo, que tiene el valor que se pague por él; no tiene ningún valor “monetario”.
- Los países incrementan sus reservas de oro: En mi opinión, los estados son unos especuladores más, y no solo con el oro, también lo hacen con moneda e incluso con deuda (propia y externa).
Lo que no se analizaba eran los motivos objetivos por los que sube o baja el precio de un activo: o bien por descenso de la oferta (algo que no se ha producido estos años) o por subida de la demanda, que sí se ha dado, pero no por parte de la industria joyera (ni de otras residuales), sino por incrementos brutales de compras hechas por agentes ajenos a la industria y que no van a hacer nada con este oro más que intentar venderlo más caro (a esto se le llama especular), aumentando de forma exponencial la compra por parte de ETF’s y de contratos de futuros.
Con todo esto podemos ver cómo se ha creado lo que, creo, que es una burbuja en el oro: subida de precios provocadas por pura especulación acentuada con la visión pública de que es lógico este aumento de valor.
Ahora bien, si alguien espera que critique a la especulación, siento decepcionarle, (siempre que se haga sin información privilegiada, manipulación de la opinión pública…); en primer lugar, porque todos especulamos, desde el que hace intradía hasta el que compra acciones para dejarlas a sus hijos e ir cobrando dividendos mientras tanto y, además, porque no creo que nadie, ni siquiera algún gran especulador, provoque el inicio de la burbuja, sino que es una suma de circunstancias:
Los precios van subiendo y llega un momento en el que unos agentes (llámense fondos, hedge funds, o como ustedes quieran) se intentan beneficiar, ni mucho menos excluido de riesgo, para lo cual deben hacer grandes compras de este activo que, por lógica, hace subir más el precio (aumento de la demanda) que provoca que incluso en la población (ayudados por frases como las que he comentado antes y que espero no sean fruto de manipulaciones interesadas) la percepción sea de una “inversión” segura, e incluso mucho más rentable que otras que tienen mucho más riesgo, algo que mi sentido común, aunque no tuviera conocimientos financieros, me dice que es imposible.
La verdad es que comprar un activo que esté en plena burbuja, aún sabiéndolo, no tiene porqué ser una mala idea ya que se está en un valor en tendencia alcista que no para de generar beneficios, pero para hacerlo hay que conocer bien los riesgos y estar muy atentos ya que cuando una burbuja pincha hay muy poco margen de salida.
En este sentido, el oro tiene una gran ventaja con respecto a otros bienes a los que les ha explotado una burbuja: la liquidez que ofrece al cotizar en los mercados, algo que, por ejemplo, no permitió la inmobiliaria; claro, siempre y cuando la compra de oro se haya hecho mediante los mercados bursátiles (también se puede comprar oro físico) ya sea a través de compañías mineras o ETF’s (cierto es que no replica con exactitud el precio del oro) o bien mediante futuros de oro, que sí lo replican pero que tiene el riesgo adicional del apalancamiento (el valor de la compra es mayor al efectivo que utilizamos).
El motivo por el que le doy tanta importancia a la liquidez de un activo es que se necesita mucha facilidad para vender, incluso la posibilidad de poner órdenes stop que, precisamente, por la forma con la que suelen explotar este tipo de burbujas se hacen indispensables:
Por algún motivo el precio deja de subir, por ejemplo que coincidan algunas ventas de volúmenes importantes (cuentan que la burbuja de los tulipanes del siglo XVII explotó porque en una subasta hubo un accidente que no permitió pujar y que provocó pánico contagioso a la gente al ver una subasta desierta), que se pueden ir acentuando de forma más rápida que la subida anterior ya sea por miedo, ejecución de stops o porque las afirmaciones comentadas antes que se daban como ciertas empiezan a ponerse en duda.
En estos casos, el que suele salir peor parado es el pequeño inversor, que no solo se resiste a salir sino que piensa que volverá a subir (por condición humana nos cuesta reconocer errores) y va acumulando más posiciones “enterrando” sus ahorros, mientras los grandes capitales ya han salido, recogiendo grandes beneficios.
Y para acabar, la gran pregunta ¿ha explotado ya la burbuja?
En realidad, es difícil de decir, incluso sería pecar de cierta vanidad asegurar si es así o no; desde septiembre de 2011 el precio empezó a caer, pero de forma sostenida hasta un año después que se desataron todas las alarmas ya que llegó a los 1.200 USD/onza, lo que representa nada más y nada menos que una caída de casi el 40% desde máximos; la gran duda es si este nivel servirá como un suelo (ha recuperado hasta los 1.400 de momento); pero al mismo tiempo puede servir como referencia y como stop de protección a los que están invertidos, mejor dicho especulando, en oro.
Luis García Langa, experto financiero de iAhorro.