La marca de helados Häagen-Dazs nació en un pueblo escandinavo en el año 1832, allí dos maestros artesanos (Ahl Häagen y Gullik Dazs) tenían una pequeña heladería que con el tiempo fue abriendo sucursales a lo largo del país. Tras la segunda guerra mundial, en una Europa destruida, decidieron que la única manera de crecer era dar el salto hacia el otro lado del atlántico… esa es la historia que uno tiende a pensar cuando abre una de sus tarrinas mientras mira el logotipo de la empresa. La realidad es bien distinta y la marca siempre fue americana, su extraño nombre se creó con la única intención de aparentar un producto extranjero, curiosamente la marca ejerce su actividad en 54 países alrededor del mundo, ninguna de sus 700 sucursales ha sido abierta en un país escandinavo.
Afortunadamente, no todas las marcas tienen una historia de cartón piedra, algunas si se basan en nombres de verdad. De entre todas las marcas del mundo financiero, quizás Dow-Jones sea la más conocida por todos. ¿De dónde viene? ¿Qué ofrecieron a la economía moderna’
Aunque nunca ejerció de consejero delegado ni construyó un imperio desde cero, el nombre de Charles Dow siempre estará vinculado al mundo de las finanzas. La aportación de Dow va más allá de su famoso índice. Le motivaba el deseo de abrir el mundo de las altas finanzas al público general. Veamos un poco la vida de Charles Dow y de refilón, la de su colega Jones
Lejos de Wall Street
No había periódicos financieros recubriendo la cuna de Charles Henry Dow. Nació en una granja en Connecticut el 6 de noviembre de 1851. A pesar de no contar con una formación formal y escasa educación académica, Dow abandonó la granja para dejar huella en el periodismo con 21 años. Pudo encontrar varios trabajos como periodista para distintas publicaciones y pronto descubrió que tenía talento para artículos históricos e interés en el sector empresarial.
Los editores le animaron a hacer una incursión en las finanzas y el joven periodista comenzó a escribir artículos de investigación sobre varios sectores. Durante sus reportajes entrevistó a muchos empresarios, financieros e industriales. Utilizó estas entrevistas para aprender sobre los métodos que las personas con información privilegiada de Wall Street utilizaban para evaluar las acciones.
Acercando Wall Street a la gente
En 1882, Charles Dow y un periodista amigo, Edward Jones, decidieron crear su propia empresa, Dow, Jones & Company. Su primera publicación, en 1883, fue la Customers’ Afternoon Letter. Consistía en un resumen de dos páginas de las noticias financieras del día, que incluía los movimientos de algunos precios de acciones, publicado en un formato fácil de entender. En una época en la que muchos periodistas aceptaban sobornos para inflar una acción en sus artículos, Dow logró una reputación de análisis independiente. Y lo que es más importante, escribía análisis que la mayoría de la gente podía entender.
Los precursores del Dow Jones Industrial Average (DJIA) aparecieron en este pequeño boletín informativo como promedios de unas cuantas acciones más importantes en los sectores de transporte y ferrocarril. Dow quería incluir un promedio del mercado para dar a sus lectores una idea de si el mercado avanzaba o retrocedía, ofreciendo, de esta manera, algo de luz y una imagen general que de otro modo se perdería fácilmente centrándose en las subidas y bajadas de muchas acciones. En 1896, se calculó el primer DJIA utilizando las 12 principales acciones de la bolsa. El cálculo inicial era una simple suma y división que daba como resultado un 40,94, como primer promedio publicado.
The Wall Street Journal
La popularidad de la Customers’ Afternoon Letter, que ya circulaba entre miles de personas gracias a la adquisición de una imprenta, hizo que Dow y Jones creasen The Wall Street Journal. Su primera publicación llegó a los kioscos el 8 de julio de 1889. Dow y Jones utilizaron el formato más extendido del Diario para facilitar cada vez más información financiera, facilitando mucho más que el público estuviera informado.
Antes de su índice y de The Wall Street Journal, no existía una fuente de información bursátil coherente o fiable. Las empresas podían haber intentado ocultar sus verdaderos valores o las ganancias con excesiva información, dificultando que los profanos estuvieran al tanto del mercado. Dow y Jones acabaron con el secretismo para proporcionar a la gente la misma calidad de información que antes estaba únicamente a disposición de los iniciados. The Wall Street Journal se convirtió enseguida en el periódico financiero más leído en los EE. UU. y el DJIA, por consiguiente, en el índice predominante para la gente que quería conocer la dirección del mercado.
Teoría Dow
Aunque Dow creía que la clave para saber en qué empresa invertir estaba en proporcionar toda la información por parte de estas, empezó a detectar patrones que evolucionaban en su media del mercado. Los promedios parecían experimentar varios tipos de tendencias medibles, proporcionando a Dow la esperanza de poder discernir unas reglas fundamentales del mercado partiendo de dichas tendencias. Dow observó su promedio con atención y formuló una teoría, que hoy se denomina la teoría Dow. Esta utilizaba los altos y bajos de sus promedios de mercado para predecir movimientos del mercado. Lamentablemente, Dow nunca explicó formalmente su teoría que fue conocida íntegramente, aunque solo comprensible en parte, después de su muerte en 1902.
El legado de Dow
El legado de Dow lo podríamos resumir en tres:
- The Wall Street Journal, que ya circulaba ampliamente cuando falleció, siguió expandiéndose y continúa siendo uno de los principales periódicos financieros del mundo en la actualidad.
- Dow dio lugar al movimiento a favor de que muchas empresas cotizadas proporcionasen toda la información financiera al público. Ahora se da por sentado, pero sin personas como Dow, que consiguieron da a conocer los hechos al público, invertir habría seguido siendo una actividad exclusiva de los ricos y bien conectados.
- Los distintos índices bursátiles Dow han sido una revolución para los inversores. Son referencias de mercado para medir nuestro rendimiento, o el rendimiento de los profesionales que hemos contratado frente a una fotografía de la economía global, así como una fuente de información que da lugar a todo tipo de teorías, estrategias y análisis.
Conclusión
Charles Dow influyó en los cimientos de nuestro mercado financiero moderno, y aunque el DJIA puede perder su protagonismo como el índice más importante en un futuro cada vez más global, la importancia de las aportaciones de su creador no sufrirá el paso del tiempo.