9 gramos menos de peso, 0.5 milímetros menos de grosor, aumento de 1 megapíxel en la cámara, un sistema operativo con un nuevo número… Las novedades que ofrecen los móviles de última generación ya no impactan como hace años. El smartphone ha dejado de fascinar y las principales compañías del sector contienen el aliento. ¿Y si es el principio del fin de la gallina tecnológica de los huevos de oro?
El iPhone 7 llega en septiembre, ¿alguien va hacer cola?
Como cada septiembre desde hace años, la compañía de Cupertino ya prepara el lanzamiento de un nuevo modelo de su producto estrella. Este año toca nuevo número (el año pasado fue letra: iPhone 6s). Por supuesto, durante los últimos meses hemos tenido la ración habitual de rumorología, pero se percibe un cierto hartazgo en relación al preciso tinglado que Apple tiene montado en torno a sus lanzamientos. Incluso algunos de sus fanboys no parecen tan interesados en el nuevo modelo del smartphone de la manzana.
Tal vez Apple tenga parte de culpa, puesto que ha ido filtrando que su nuevo terminal no tendrá grandes novedades, sobre todo a nivel estético. Se dice que el nuevo iPhone 7 tendrá un diseño muy similar al iPhone 6. Hay que tener en cuenta que Apple ya dio un gran salto aumentando el tamaño del iPhone 5 en su modelo posterior.
Se rumorea también que el iPhone 7 será un terminal de transición, ya que la firma californiana estaría concentrada en el lanzamiento del iPhone 8, con el que se celebrarían los 10 años del iPhone. Pero no nos lo creemos. La realidad es un poco menos festiva.
Las ventas de smartphone se estacan, ¿por qué?
Apple anunció una caída en su beneficio del 22.5% durante el primer trimestre de 2016. Por primera vez desde 2003, se desplomaban los ingresos de Apple. ¿Causa? El descenso en las ventas del iPhone, producto que desde hace casi una década es el fundamento del increíble crecimiento de la firma de Cupertino. En ese mismo periodo de tiempo se vendieron un 16% menos de unidades de iPhone que durante el primer trimestre del año 2015. Algo inaudito para Apple. ¿Causas? La desaceleración china, la competencia de Android, el éxito del iPhone 6 en 2015 pero, sobre todo, que el smartphone no da para más… al menos de momento.
El usuario ha perdido parte de la fascinación que sentía por el móvil. Es un instrumento más de la vida diaria. Ya no sorprenden las novedades y pocos parecen interesados en correr a la tienda para comprar el nuevo modelo de su móvil preferido aunque este haya aumentado su pantalla 0.2 pulgadas o venga con un dorado todavía más dorado.
Las principales compañías del sector, Apple incluida, están tratando de descifrar cuál puede ser el próximo «efecto smartphone», ese producto de uso cotidiano que revolucione la tecnología de consumo, que se convierta en indispensable para la vida diaria y que, de paso, devuelva los beneficios millonarios a los balances trimestrales. No será fácil, no obstante, la flauta sonó como nunca con el teléfono inteligente. Pero esta fiesta se acabó. Apple lo sabe.