Una estupenda web de anécdotas históricas leí que Publio Virgilio Marón, el autor de La Eneida hace 2100 años, organizó un enterramiento por todo lo alto para una mosca a la que denominó su mascota y aunque a muchos les pareció una excentricidad consiguió que cuando llegó el momento en el que el gobierno iba a expropiar tierras para donárselas a los soldados licenciados, no pudieran hacerlo con la suya ya que “los terrenos que albergaran tumbas o enterramientos, fueran estos de la naturaleza que fueran, estarían libres de ser confiscados”. Como vemos no es nuevo intentar eludir por todos los medios los compromisos con la autoridad estatal que implican un recorte de nuestras propiedades.
El otro día CL hizo una encuesta en este blog y el 95% de los foreros contestó sí a la pregunta“¿Harías todo lo que estuviera en tu mano y fuera legal para pagar menos impuestos?” Los ciudadanos queremos pagar pocos impuestos pero que los demás paguen muchos y si los demás son empresas, con más motivo. Pero si la mayoría de nosotros haríamos lo que esté en nuestra mano para no hacerlo, ¿Cómo no entender que las empresas, entes cuya principal misión es ganar dinero para sus dueños, hagan lo mismo? Y cuanto más grande es una empresa, más capacidad tiene para utilizar todo tipo de argucias legales para reducir su factura fiscal.
Queda claro que la mejor solución para asegurarnos del cobro de los impuestos a las grandes compañías es con una reglas que dificulten los trucos legales para reducir la factura fiscal y persiguiendo cualquier maniobra que sea ilegal. Lo segundo es difícil pero factible, y debería ser el objetivo número 1 del fisco en lugar de perseguir tanto a los “peces chicos” pero lo primero es casi imposible salvo con una cooperación internacional sin fisuras y eso ni ocurre ni se espera que ocurra (uno de los países más afectados por esto son los EUA). Cada país es libre de aplicar la política fiscal que le apetezca y eso ocurre incluso dentro de la €zona por lo que una gran empresa siempre tenderá a buscar su domicilio en aquel lugar que le ayude a pagar menos. En España no debería sorprendernos cuando, incluso contra la oposición de Europa, hemos establecido condiciones más favorables en alguna comunidad autónoma. Entonces, ¿qué hacer?
Creo que sólo quedan 3 opciones:
- Un gobierno mundial que establezca una misma fiscalidad obligatoria en todos los territorios planetarios, lo que de hecho no ocurre ni dentro de algunos países.
- Confiar en que los consumidores den la espalda a los productos fabricados y comercializados por empresas que hacen lo posible para pagar menos impuestos.
- Copiar los métodos de algunos territorios famosos por atraer inversiones extranjeras gracias a sus condiciones fiscales ventajosas como hace Irlanda dentro de la €zona o la Isla de Man dentro de la UE y no por ello son expulsados ni ninguneados por ello.
Siendo realistas, lo primero es una utopía porque no sólo falta voluntad política para hacerlo, es que aunque la hubiera, si no hemos conseguido evitar que en determinados países se denigre a la mujer o haya libertad de expresión, ¿cómo vamos a pretender imponerles los impuestos?
Lo segundo sería una hipocresía ya que, como he comentado antes, la mayoría intentamos pagar menos al fisco y no podemos castigar a los demás por hacer lo mismo. Creo sería una gran campaña publicitaria para una compañía de servicios anunciarse como la que paga todos sus impuestos en España y no tiene sociedades interpuestas pero poco más, no es realista que el consumidor sepa qué trucos fiscales utiliza cada empresa y lo valore cada vez que tenga que realizar una elección
Y por exclusión, sólo queda el punto 3, el “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”. A día de hoy lo mejor que puede hacer España es bajar impuestos –a personas y empresas- de forma espectacular para fomentar el consumo nacional a la vez que atraemos el capital –incluso el español que está en el exterior- que hoy se está yendo a otros países, hay que dejar de tratar de competir internacionalmente bajando salarios. Se está haciendo lo contrario y estamos viendo las consecuencias: cuanto más se suben los impuestos más crece la economía sumergida entre las clases más bajas y hay más fuga de capitales entre las más altas y en cuanto a las empresas, más quiebras en las pymes y más deslocalización de las más grandes. No sólo no se está impidiendo el uso de la ingeniería fiscal, es que se está promoviendo con las subidas impositivas lo que está alejando la inversión fuera de España, incluso de nuestras propias multinacionales. Tampoco tenemos la fuerza política para presionar por una unidad fiscal en la €zona o para evitar que haya territorios pertenecientes a países de la UE que sean tapaderas tanto para lavar el dinero B como para que pague menos impuestos del dinero A. Debemos ser inteligentes y ser realistas: cuanto más nos acerquemos a ser un infierno fiscal más aumentaremos el interés del capital en largarse a un paraíso fiscal. Y eso también funciona al revés. Ya lo dijo John F. Kenedy en 1963:
Un recorte de impuestos significa un mayor ingreso familiar y el aumento de los beneficios de las empresas y un presupuesto federal equilibrado. Todo contribuyente y su familia tendrá más dinero para un coche nuevo, una casa nueva, nuevas comodidades, educación e inversión. Cada empresario puede mantener un mayor porcentaje de sus ganancias en su caja registradora o ponerlas a trabajar ampliando o mejorando su negocio, y en la medida en que el ingreso nacional crece, el gobierno federal terminará con más ingresos.