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Libra, la criptomoneda de Facebook, tiene potencial para amenazar el negocio de las entidades bancarias, según dos informes de las agencias de calificación crediticia Moody’s y S&P Global.

Cuando la compañía dirigida por Mark Zuckerberg presentó Libra la semana pasada, indicó que se lanzaría en la primera mitad de 2020 con dos funciones principales: transacciones entre particulares y pagos. Sin embargo, Facebook aseguró que, con el paso del tiempo, también estaba prevista la prestación de otros servicios financieros.

“El lanzamiento de una plataforma alternativa de pagos por un líder tecnológico tan ubicuo como Facebook es probable que acelere la cuota de mercado de los pagos electrónicos sobre el efectivo y los cheques”, ha asegurado el analista de Moody’s Robard Williams.

De la misma forma, el analista de S&P Mohamed Damak también considera que “la evolución de la infraestructura de pagos se acelerará” una vez que la criptodivisa de Facebook esté a disposición del público.

Entre las 28 empresas que se han unido para crear la ‘Asociación Libra’, una entidad radicada en Suiza que tomará las decisiones con respecto a la divisa, se encuentran varias compañías del sector de los pagos como Mastercard, Visa, PayPal o Stripe.

No obstante, una de las mayores amenazas que plantea Libra, según las calificadoras de riesgos, es la disrupción del negocio bancario tradicional.

“No hay ningún banco entre los 28 fundadores de Libra”, ha señalado Damak. “Eso es un indicativo de hay cierto escepticismo sobre su potencial éxito y preocupaciones por los riesgos que entraña o una señal del potencial efecto negativo que Libra podría tener en el negocio bancario y sus ingresos”, ha añadido.

En este sentido, el analista de Moody’s ha añadido que, aunque Facebook no es la primera compañía en lanzar una criptodivisa, con su “inmensa” base de usuarios “podría suponer una amenaza” para los bancos si se extiende su uso entre consumidores y empresas.

PROBLEMAS REGULATORIOS

Precisamente por el tamaño de la empresa impulsora de la criptodivisa, los reguladores y bancos centrales de varios países ya han mostrado su cautela y preocupaciones ante su implementación.

“El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, aseguró la semana pasada que aunque había que tener la “mente abierta” a la “potencial utilidad” de Libra, esta tendrá que someterse “a los mayores estándares regulatorios”.

Esa misma semana, su homólogo estadounidense, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, avanzó que Facebook había llevado a cabo muchas rondas de contactos con reguladores y supervisores en todo el mundo para discutir sus planes, incluida la propia Fed.

“No estoy preocupado por el hecho de que los bancos centrales no sean capaces de llevar a cabo la política monetaria por culpa de las criptodivisas”, afirmó el estadounidense.

De su lado, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, adelantó que, aunque no podía dar su opinión “a priori”, los supervisores tendrían que establecer unas condiciones regulatorias “tan elevadas como las que existen para otros sistemas de pago”.

El informe elaborado por Moody’s también hace referencia a este punto. “La adopción de nuevas formas de divisas que se alejan del control soberano plantean una serie de problemas para los países, ya que las criptodivisas podrían afectar la capacidad de los bancos centrales y regionales de implementar su política monetaria”, ha alertado Williams.

Baltimore es la Stalingrado del siglo XXI. Lleva más de un mes sitiada por los hackers y está haciendo la vida imposible a sus ciudadanos. Un código malicioso ha logrado entrar en los sistemas de la administración local imposibilitando que cientos de empleados públicos usen sus computadores y que miles de ciudadanos no puedan realizar algunas gestiones.

A causa de ello se llegó a suspender la compra y ventas de inmuebles, la emisión de facturas y otros servicios.

El ataque es muy similar al sufrido en otras grandes empresas (como el que sufrió Telefónica hace dos años) un simple correo electrónico que se hace pasar por legítimo, alguien de dentro que lo abre y un virus que se extiende por todos los ordenadores de esa red para encriptar los datos y dejarlos inútiles hasta que alguien pague el rescate. Es lo conocido como “ramsonware” y en este caso los hacker piden tres bitcoins (algo menos de 10.000$) habiendo causado ya daños por más de 20 millones de dólares.

Sobre la mesa está el dilema ético de si pagar el rescate o seguir con la ciudad sitiada perdiendo casi un millón de dólares al día. En el fondo sería negociar con terroristas, algo a lo que siempre se oponen todos los gobiernos, pese a que el precio a pagar sea en este caso relativamente pequeño para el daño que puede seguir causando.