Tecnología
Podría llamarse karma y es que cada vez hay más supermercados que te obligan a hacer el trabajo de los demás, echando a la calle a los trabajadores de las cajas. Y claro, uno que es un simple cliente muchas veces no sabes si lo que te estás llevando son unas naranjas o una PlayStation.
Un descuido lo tiene cualquiera.
Eso es lo que hizo un chaval francés, que cogió la consola en un supermercado de la localidad de Montbéliard, para luego dirigirse a la sección de frutas. Una vez allí, pesó el contenido -aproximadamente unos 3 kilos– registrándolo como si se tratara de naranjas. Estando en una caja automática, se le imprimió un ticket por el total de 9,29 euros, pagándolo tranquilamente y saliendo como un cliente que ha hecho bien las cosas.
Sin embargo, cometió el error de regresar al lugar al día siguiente, sin saber que había sido identificado y que la policía local lo esperaba. Finalmente, fue acusado de robo, condenado a pasar cerca de cuatro meses en prisión. El joven confesó posteriormente que había vendido el botín por 100 euros para poder pagarse unas vacaciones en Niza.