Los tirones de orejas (inmobiliarios) del FMI
|Si no hace mucho tiempo ya asistíamos a los tirones de orejas europeos en relación a los precios de las viviendas que el banco malo poner en venta, por los precios que según Europa debían ajustarse más a la realidad de mercado de nuestro país (una cuestión ciertamente preocupante ya que si la sociedad gestora de los activos tóxicos inmobiliarios no da con los precios de mercado parece como poco chocante)
Ahora es el Fondo Monetario Internacional el que, dentro del informe ciertamente duro en el que aplica diversas recetas a su criterio para tratar de minimizar la crisis en nuestro país en los próximos años, un informe que arroja agua fría sobre todas y cada una de las previsiones en prácticamente todos los aspectos, también se suma a esta corriente de congelar las previsiones en el sector inmobiliario, y lo hace incidiendo en uno de los problemas más evidentes de la vivienda en nuestro país; el precio.
Recordamos que a principios de año se hablaba de estimación de que a partir del próximo año 2014 se tendería a una cierta estabilidad en los precios (en la línea de pensamiento de que el precio prácticamente ha tocado fondo) que redundaría en que allá por 2015 o 2016 se pudieran comenzar la revalorizaciones generalizadas del precio de la vivienda; pues bien, el Fondo Monetario Internacional, aun reconociendo una bajada prácticamente de un tercio del precio de la vivienda en España desde máximos, considera que aún existe una sobrevaloración generalizada que se puede cuantificar nada menos que en torno al 15%.
Realizando una comparativa entre nuestro país y otro de los grandes perjudicados por la crisis como Irlanda donde también el sector inmobiliario sufrió duramente, el informe señala que España no ha presentado una contracción de los precios de la vivienda tan dura como Irlanda, y, aunque no señale de manera explícita que esa sobrevaloración del 15% se tiene que convertir en una caída del 15%, si remarca cuestiones básicas relacionadas como el desempleo, los salarios, la contratación temporal, y en por supuesto elementos relacionados también con la reducción de la deuda del sector privado.
Teniendo en cuenta que efectivamente desde los máximos históricos el precio de la vivienda ya caído bastante por encima del 30%, un techo de caída de un 15% (actual) supondría sin duda a medio plazo una reducción de precios simplemente enorme.