Préstamos hipotecarios: muchos problemas pocas soluciones

No tiene que sorprendernos de entrada el hecho de que en un momento como el actual la financiación de la compra de una vivienda resulte compleja incluso para aquellos que con mayor o menor nivel de dificultades se pueden plantear dicha adquisición y solicitud de un préstamo hipotecario.

Debemos tener en cuenta para comprender este hecho una realidad compleja en la que, a pesar de la bajada reciente e histórica del índice al que mayor número de hipotecas se referencian en nuestro país (Euribor) lo cierto es que las entidades financieras han aumentado los diferenciales de aplicación a los intereses de manera sensible, a la par que, han reducido los límites de financiación y endurecido las condiciones de solvencia exigidas al posible receptor de una hipoteca.

Si a esto le sumamos la desaparición de un buen número de productos hipotecarios existentes hace tan sólo cuatro o cinco años vamos a encontrarnos con un panorama árido en el que se puede afirmar sin duda que el préstamo hipotecario en nuestro país no sólo no atraviesa un momento sino que, cada vez hay menos préstamos y éstos resultan más difíciles de conseguir y sobre todo; más caros.

Obviamente, y si tenemos en cuenta el enorme parque de viviendas que los bancos poseen en nuestro país, vamos a comprender que esas condiciones complejas y difíciles de acceso a un préstamo hipotecario pueden mejorar sustancialmente en determinados casos; fundamentalmente en un caso, cuando adquirimos una vivienda determinada perteneciente al parque de viviendas de la entidad financiera que nos va a ofrecer el crédito.

En este caso, vamos a poder encontrar no sólo la posibilidad financiación del total del valor de compraventa de la vivienda (algo imposible fuera de este tipo de acuerdos) sino que también vamos a poder acceder a bonificaciones en los citados diferenciales de aplicación sobre los intereses a través de la vinculación con otros productos, sin embargo, tampoco pensemos que nos encontramos ante una bicoca, es muy probable que el grado de vinculación que se nos exija resulte muy elevado y además lleve aparejado consigo la contratación de productos en batería que puede que no resulten útiles, aunque habremos de pagar por ellos, por lo que también en estos casos conviene tener muy claro lo que se va a contratar.

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